22 de febrero de 2009

Crisis

Esto de ser un escritor para los pocos no se me da, aunque como tampoco eso de ser escritor para los muchos se me da, pues entonces voy a hablar de algo que debe estar en todos los blogs: qué jodidos es la crisis. Como yo lo entiendo, y como lo diré antes de empezar a buscar lo que han escrito mis coescritores y lectores, el fenómeno de la crisis es como comer un pan sin otra cosa que un queso, como estar en una Francia pero sin vino. Y con unos canales de televisión que dan risa, tal y como está escrito en el destino de la televisión. La cara que los mexicanos deberían poner ante esta situación no es la de preocupación, sino la misma que haría un niño que, después de ser alimentado por nueve días con las mejores comidas del mundo, fuera puesto en ayuna todo el día para al final de éste recibir un simple sándwich de queso sin crema. El niño no se preocupa, sino que reclama lo que le han prometido pero le han dejado de dar. Después de este sueño del sueño del sueño guajiro, donde México está lleno de gente que realmente y como grupo entero reclama al gobierno sin ánimos de protagonismo, me queda dar mi opinión alrededor del tema. El gobierno quiere hacer convenciones para hablar con expertos acerca de la crisis y busca las formas de hacer que su país no se hunda. La solución está en orientar todo a la formación de conocimientos en el pueblo, no a educarlos. No a educarlos con la imagen perpetua de los burros como mal ejemplo. Para que el niño de estos días esté preparado, debe tener como objetivo primordial no ser uno más de esos intelectualoides que hablan de la crisis desde un café o un foro. Eso lo reduce todo por el momento, luego he de ver si hay tiempo para hablar de algún proyecto para cambiar el ambiente, pero quisiera tener un día sin escuchar o leer la palabra crisis, hasta llegó a mi bandeja de entrada

5 de febrero de 2009

La primera del año

No era la hueva de empezar, sino que, en estos momentos como en otros, la inspiración sólo me hace pensar en los inicios de renglón y de entradas pero para nada continúa con la idea principal. Hoy seré breve y, mis queridos diarios, he visto últimamente en la mente de otra persona y le gané su entrada de blog: Por fin estoy en la carrera aunque era seguro que iba a entrar. Todo bien pero no sé en qué lugar está todo o a dónde debo ir o si en algún lugar ya empezaron las clases. Estaba un poco abandonado, nomás nos dieron una junta informativa a la que ni fui y luego no sé ni qué debo hacer. Se me acercó un tipo, casi señor, y me preguntó que de dónde era. Le dije que de aquí y se alejó un poco con la observación de que en esta carrera yo era diferente a los otros porque me quejé en el departamento de que mi maestra, en sociolingüística, no había venido y ni siquiera avisó. Pensó que era de Yucatán o algo así. Él parecía chilango. Con el paseo por los pasillos de mi escuela, puedo ver que los de primer ingreso son todos iguales. Y los despistados nomás llegan y luego se van