25 de septiembre de 2010

ZZz


ZZz o El libro de las tierras vírgenes

En acá, la selva tapatía, un ruinoso 23 de septiembre de 2010, en el entorno de una Casa de la palabra y la imagen, fue un honor sentir que salí con un brotar de ideas y memorias amenas. El último evento de la Primera Jornada Poesía Experimental reunió a veinte personas (personas más, personas menos) que estaban ahí en parte por el placer y en parte por la curiosidad.
   Lamentablemente, aunque el sabor no se me ha quitado, a veces aparece una textura ácida ante el alcance que se tuvo. Mayormente es la razón por la que se comienza la existencia de este diálogo que intento con la tierra virgen, la selva, y la ruina. Tierra virgen, porque debo aceptar, ante el esplendor y misticismo de quienes bailaron en la fogata, que nuestros cantos son débiles. Selva, porque nuestros troncos habían brotado muy separados. Y la ruina es porque nuestra selva no permite ya ver lo que se había debajo de nuestras raíces.
   Salí con una pregunta que, por amor propio y para no ofender a los otros, hasta ahora debo exponer: ¿Hasta dónde nos toca y nos va a tocar tener que hablar de la poesía visual y la poesía experimental cada que estemos ante otras personas? En otras palabras: ¿Fui el único que sintió en esa reunión de fuego que lo que estuve diciendo estaba sobrando? Esto me corresponde por mi ánimo de difundir un concepto en donde no se conocen las bases, pero en mi mente no he podido desterrar la idea de que, la próxima vez que se reunan personas como Aguirre, Avilés, Barrón, Ceja, Cervantes, Castorena, Espinosa, Febe, Gabriel, López, Muñoz, Mendoza, Piña, Rivera, Romero, Sábadogigante, Sinapellidos, Villarreal, (Nombrados algunos por su participación en la jornada, otros por su ausencia y otros por la unión que, aunque los entiende, no ve épocas y lugares), deberemos repetir una parte de lo mismo para sentirnos entendidos.
   Esta primera jornada nos mostró hasta dónde se puede contemplar la Poesía Experimental de Jalisco como un regurgitar verdaderamente incipiente (con ce). Por el lado de nuestras exposiciones críticas, como si nuestra inseguridad teórica nos convirtiera más en unos prácticos que están justificando y hablando de las explicaciones bajo las que debemos aceptar nuestras investigaciones; y por el lado de la creación, un desdén hacia los otros porque ellos no crean bajo nuestras teorías, herramientas o métodos.
   La charla llegó a diversos puntos, desde una definición tajante por parte de lo que se manifestaba en el libro verbovisual hasta el territorio crítico en el que todo el mundo discute entre si uno y otros todavía son poetas o artistas. Ya les tocará a unos decir una u otra cosa, pero creo que lo que se puede rescatar es que tanto unos como otros poseemos un pacto a regañadientes de hacernos caso y entablar comunicaciones, pues no es fácil evitar el instinto la superioridad buscada entre la selva. Este antecedente mostró tanto fallas teóricas como prácticas y, no obstante, sé que en otros lados, en otras fogatas, es un mismo problema.
   Aunque ahora estuvieron todos juntos, ya que a algunos los he tratado u oído por separado en diversas presentaciones, creo que mucho de lo mencionado fue repetitivo. Me imaginé al público como un Pedro Páramo al que le llega un tipo que entabla: “Ahora somos carrancistas –está bien –Ahora estamos con mi general Obregón (…) –Ponte al lado del gobierno. –Pero si somos irregulares. Nos consideran rebeldes. –Entonces vete a descansar. –¿Con el vuelo que llevo?”.
   Como tilcuatillo de la poesía visual, de esa que no se comparte con los concretos o procesuales pero que tampoco se reduce al espíritu de un caligrama ni al ámbito experimental, considero que el hecho de enseñar y repetir tanto lo que se dice, justo en un punto donde la poesía experimental está naciendo por nuestros empedrados, nos retarda más. Nuestra reunión fue un poblado de faltos todavía de práctica.
   ¿Guadalajara?¿Cuna cultural? Sí. La gente de nuestras tierras es prometedora, y con el tiempo parece que cumple. El gran problema es que las cunas no se mezclan. Por sus tantos millones de existencias, el terreno de lo multidisciplinario experimental no tiene un lugar. La pintura se mantiene, la narrativa se mantiene, la poesía se mantiene, la foto en sus distintas opciones de revelado, la escultura, el tallado, la litografía, la tipografía, el diseño de moda, decoración, sitios Web, todo se mantiene. Los artistas jaliscienses no nos damos cuenta de que en la búsqueda de empleos somos una misma competencia. ¿No puede ser lo mismo en las artes?

Como crítico, debo aceptar que las observaciones que bailan lejos del campo de la crítica literaria también se pueden utilizar y adaptar a la forma de vida. Aun con eso, la crítica, y especialmente en Guadalajara, debe ser tajante para convencerse de que debe imponerse nuevos límites, aventurar nuestra crítica a los que nos quiten la conveniencia mediocre en que hemos caído.

12 de septiembre de 2010

Ya me vi...

Lo único medianamente tan bueno como la presencia de una televisión en estos momentos donde en todo mexicano hay un corazón que arde de amor por su patria, lo único, lo único medianamente bueno para mí es la oportunidad de sacarse algo en la lotería. De ahí en más, lo demás es una basura.

Adoro las discusiones, pero nunca participar en ellas, ya que no me gusta estar equivocado ni demostrar que otro está equivocado, ni ver todo lo que podría estar pasando en este país. Pero bueno, soy de esas personas que prefieren no hablar del gran territorio y tesoro nacional, del cual siento que lo único que puedo realmente sentir son los escasos premitos de cincuenta y de cinco pesos que salen en el rasca rasca, la posibilidad de decir un ya me vi.
No entiendo esa reflexión, la que tanto traen en disputa sobre el bicentenario. Lo que entiendo es que es un fraude que se traen entre empresas que han podido tener el territorio y el tesoro del país. Yo, hoy, no puedo ser mexicano porque me lo dicen, ser mexicano no parece ser una fiesta, sino una responsabilidad que nadie ma quiso explicar porque la gente tenía que ir a bailar, o puede ser que cuando les lanzo la pregunta van a bailar en busca de aquellos a quienes ellos, alguna vez, no les respondieron y se fueron al baile. No puedo culparlos porque es mejor bailar, surfear en internet, estar en cafés, trabajar, ver tele, hablar de futbol y modelos y accidentes, es mejor todo eso, que esperar las respuestas a las preguntas.
Creo hoy más que nunca que la información es hoy un lujo, es algo que se compra para poder opinar, es algo que deben hacer los que no saben bailar; La información y el conocimiento debe ser de quien los trabaja, pues creemos que sería lo único que poseeríamos. Ya me vi. de un lado de la calle, en busca de alguien que me diga cómo bailar.

5 de septiembre de 2010

O soyo gran kahn

Las cuatro o las siete de la mañana, es la hora en que yo me siento como un emperador raro al que un viajero le habla y le dice lo que vió en otros pueblos o lugares. Les pone nombres de Braderie o Bachelard mientras yo me rasco el ombligo y hago pipí. Esas historias me dan sed, porque lo que me cuentan es como un DF de esos que también tiene mujeres que se entregan al viajero en forma de birote con tamal. Pero aún así, espero las llamadas, tan lejanas unas de otras, para que me digan qué horas es, la temperatura, cómo se hace la ciudad otra cada que ella abre la puerta y se arregla el cabello para que no le pregunten por qué ve hacia la nubes en busca de bocanadas que ya conoce. O quizá para precundarse del quando dont ellos dicen que va a nevar. Pero siempre es correr...
correr
que
se
va
el (la amo, la amo, la amo) metro