28 de septiembre de 2007

223

Atención, bloggueros: una entrada al día no previene las visitas al doctor. O a lo mejor y sí, pero de tods maneras debo decirles, en palabras de otros, que el dios (yo, no Elvis o Valentín Elizande o el que é y le gusta que le digan Yahvé) ha caído Revisando que ésta es la entrada número 223 del blog, he llegado a la conclusión de que , a casi año y medio de haber comenzado el blog, no he logrado la codiciosa propuesta de hacer una entrada de blog al día, sino ue estoy en un promedio de dos o casi tres entradas por semana. Todo gracias a que me ha dado por pasear con Cervantes bajo el brazo en lugar de escribir aquí, además de que días festivos y fines de semana tampoco escribía porque hacerlo implica meter más de la vida personal (únicos días en que la rutina vale madre y tiendo a hacer algo)), que va a la par con la debilidad que intento mostrar a los lectores. Es cierto que el objetivo de la entrada diaria no se incluía en este blog, pero sí, como una observación o mejor dicho un vigilamiento riguroso de mi calidad, he probado la inconstancia de un escritor. Pero llegará un momento en el que me cite a mí mismo una y otra vez, en tantos derrideos que comience a dudar de que yo les he dado vida a esta entrada. Llegará el día. Ahora lo que preocupa es la Y, después la Z. De ahí en más me tocará volverme débil ante la envidia y hablaré mal del trabajo de otros. No se hagan, so es lo que todos desean: volverse dioses caídos en las palabras de otros, pero ya el rango de dioses les ha de significar algo

Ars Erótica 6

Se ha hablado hasta este momento de cómo se ve el erotismo en distintas facetas de la sociedad, pero siempre he dejado aparte al erotismo dentro de la literatura. En parte porque luego me llegan con sus teorías de Bataille aplicadas a Huerta o Proust o cualquier otro autor (mismas que están bien y son adecuadas para ponencias y generar una constancia más para el currículo, pero no como un tema eterno de conversación). Y todo por la fascinación que causa el hablar de descripciones relativas a la "piel despierta".
Let's dance, little stranger, show me secret sins...
Entonces, señores, parece que a los nuevos les gusta hablar de erotismo porque en su círculo social es más aceptado esto que hablar de la pornografía per se. Pareciera que el tomar al coito de una forma más madura consiste para ellos de hablar sobre erotismo. En lo que probablemente no han caído es en la cuenta de que esto, en el momento creativo o de reinvención (léase creación literaria, no coito), crea un erotismo vano, banal y en cierta forma, falso. Si lo emparejamos con la poesía visual, una poesía erótica de este tipo es únicamente una repetición innecesaria del erotismo, copia del verdadero. De acuerdo con distintos manifiestos, no se trata del sexo y de los amantes, sino de cómo éstos no estorban al desarrollo del texto aun cuando el lector tenga en mente sólo el acercamiento de cuerpos. Del otro lado, como ya manifesté lo que resulta una poesía vacía, es simple definir al erotismo pleno, por lo menos teóricamente. Estemos conscientes de que el acto sexual es un signo universal, como cualquier otro. Lamentablemente, en la sociedad éste se ha jerarquizado dentro de los signos que no deben mostrarse o exhibirse. No es de esperar que, cuando se exhibe, sólo se logra de una forma visceral y deformada que termina por matar al arte, derrideando a alguien: hasta la más suave caricia a través de cualquier sentido es para el arte como el trato cruel de un verdugo.

24 de septiembre de 2007

Wisdom of Crowds

En muchas de las maquinitas, por lo menos hasta donde yo recuerdo, las peleas en estos juegos tienden ahacerse de uno contra uno, pero es sabido que en un país tan salvajemente culto como México siempre hay desventajas numéricas, como la famosa "triangulación" que se da en pasillos o como el desquehacerado grupito de dos personas bigotudas y de mediana musculatura que esperan a observar a los pocos que suben los puentes peatonales. ¿Cuántas personas necesitarán votar para saber que semos re-feos? A pesar de que detesto sonar como hojita de superación personal, este tipo de preguntas nos surge porque estamos supeditados a lo que dicen otros, lo que se ha llamado la sabiduría de la multitud. Y eso es un principio en lo que a gustos se refiere: los grupitos comparten algo entre sí, un gusto u odio, una forma, lo que sea. Es más fácil decir que tal persona carece de determinados factores si no se es el único que lo piensa. Si esto se pensara como un solo grupo, sería un mundo ideal. Lamentablemente, cada grupito ha de tener su líder y los gustos de éste son los que dominan.

Reprenons du départ

Miren a la ardilla esconderse del lobo, del águila. La televisión no los mata por satisfacer nuestro morbo, pero sí graba el momento en que un error por parte de una cebra o un ave le cuesta la vida.
Personne n’a dit qu’ce s’rait facile Mais jamais on a cru que ce serait si dur Reprenons du départ
Pensar en el pasado es como pensar que podemos tomar una canción triste y mejorarla. Es como pensar que se puede volver atrás y cambiarlo a nuestra voluntad. Es pensar que no se puede vivir en el presente a partir de ese error, que todo se vuelve imposible porque vemos que no se puede evitar lo ya predicho y el golpe viene. Es el remordimiemto del niño que cruza los dedos antes de dormir porque es consciente de que no hizo la tarea para mañana. Y a pesar de todos estos choques de conciencia, ahí seguimos, reinventando a nuestro modo el pasado, obedeciendo el ritmo de una memoria tan infiel como la gravedad, con el pensamiento recargado en el instante del golpe inesquivable y la improvisación toma lugar después de éste, tal como dicen que sucede siempre con los animales que dificultan el aprendizaje a partir de la experiencia. ¿Sólo para darle cabida a miles de suposiciones en tiempo pasado? ¿Para regañar a alguien y decirle que hubiera preguntado por una segunda opción? Ya, en serio, ¿de qué nos sirve el derecho natural a equivocarnos y no morir después?

21 de septiembre de 2007

X... La otra estructura ausente

Y sólo falta mi voz para desnudar tu nombre
y volvernos un cliché bajo las sábanas
Alguna vez, cuando niño, no pensaba al ver el cabello de una mujer en buscar enredar ahí mis dedos. De ahí llegó el instante en que mi mano se enredó sin mi conciencia en aquel mar de anzuelos como ella les llamaba y de ahí el notar la ausencia que dejaba entre mis manos pronunciar su nombre. Y después de ese roce como el que da una persona en el tianguis, ese inocente momento en que uno busca pasar sin molestar a otros, X pasa. Y su cintura se vuelve fugaz y a partir del humo de sus caderas se busca adivinar su voz. Seguirla es caer en un jardín o buscar que ella abra otro paraguas de Witgenstein, pero se sabe de antemano que es algo efímero: el efecto poético que había sobre mí ya pasó como el lector a la siguiente obra. no debemos hacerle ruidos: virgen prudentísima.
La variable ahora se vuelve a la siguiente cadera o sonrisa, a la merolica que debe vender flores con la voz y no con el aroma de los pétalos, al grito distante de cafés y licuados, a la que piensa en que el mejor piropo hasta la fecha es el de los corn flakes. No importa, X siempre está, el que cambia la recepción y su significado somos nosotros

19 de septiembre de 2007

¿Aztlán?

Bien han de tener esa palabra en su recuerdo histórico de las civilizaciones que anduvieron por estos suelos: la tierra blanca y natal de una especie. Entonces, en un congreso alrededor del mito, alguien dijo que probablemente nosotros en tanto descendientes de estos señores de Aztlán, queremos regresar como Ulises a su lugar de origen. Si Aztlán está entonces como una tierra primordial y llena de abundancia en el sentido de protección, el fenómeno pareciera emparejarse con el cruce de la frontera que tenemos con el país vecino al norte: la inmigración ilegal. Entonces, con esto dicho, les mostraré un poco de lo que implica tomar el grado cero de las palabras en la sociocítrica: ellos, en su idioma, le dicen: border, que significa o equivale a decir orilla [para no decir borde, que casi es lo mismo]. Es decir, para ellos, la orilla de su país es algo que pueden pasar de un momento a otro en que lo deseen, es como una cerquita que no existe, sólo limita lo nuestro. Nosotros, en nuestro idioma, no le decimos bordo u orilla de forma usual: le decimos Frontera, que probablemente sea algo así como para denominar que es lo que tenemos en frente, algo a lo que no vamos a llegar por alguna limitación. Entonces, con esto se comprueba que el mismo lenguaje nos traiciona poniendo desde un principio las limitantes que la sociedad hablante tiene. Un niño con un léxico poco desarrollado puede entender que no tenemos algo, por ejemplo, dinero; pero para ellos resulta extraño si decimos que no hay dinero. pareciera que en un principio los niños son acostumbrados al hecho y efecto de tener algo, poseer algo. El ver un objeto conforme a su existencia parece que es más difícil, por la carga abstracta que del verbo haber. Pero no sé, el lenguaje traiciona desde siempre nuestra forma de actuar.

8 de septiembre de 2007

Cuestión de tallas

Por alguna razón han estado llegando al sitio personas que buscan cómo bajar de peso o, en su defecto, dónde encuentran fibra xotzil y pantalones para levantar la nalga, ya ven, esas banalidades del cuerpo con las que se enfrentan todos los que tienen conciencia de la posesión de un cuerpo. El hecho de que tenemos personas preocupadas por su cuerpo nos indica que la iglesia católica va perdiendo dominio en su rebaño, pero quizá es porque ahora le conviene que haya personas preocupándose por su cuerpo y el de otros. Creí que sólo sucedía con gente gorda, pero hoy se rompió uno de mis pantalones al momento de agacharme. Era de mezclilla y llevaba con él desde cerca de navidad, cabe decir que, como no me fijaba en tales cosas de que ropa nueva y similares, es uno de los dos pantalones que acostumbro a usar, es decir que para estas épocas lo he llevado puesto durante casi cuatro meses o más, así que sí, fue por desgaste, ya que fue uno de mezclilla. Pero fue gracioso, me trajo a la mente varios comerciales que me hablan de tal cosa. Si acostumbrara boxers seguiría usándolos, pero como no es el caso, a ver si logro hacer algo a partir de la tela del pantalón. una cartera, por ejemplo. Este rompimiento me hizo ver que hay que comprar unos nuevos y esta compra me hizo ver que hoy en día es más fácil encontrar pantalones de mi talla, y esta talla me hizo ver que llevo cerca de cuatro años en que no subo de talla pero tampoco bajo. ergo, llevo gordo un buen rato, desde secundaria. Pero esto sólo viene a razón de que el mercado ha tenido que adaptarse a las tallas de sus compradores y no ha sido al revés. Con esto se interpreta que el mundo comercial está requiriendo de gordos y a la vez el santo gobierno de las "medidas sanitarias" los quiere eliminar porque le salen caros a la secretaría de salud con tanto infarto, diabetes, hipertensión y todo eso que requiere mantenimientos caros. Falta que le hagamos una nueva palabra a los gordos en tanto entidades que deben de gozar de los mismos derechos que el resto de los cuidadanos, pero son tan diferentes para el gobierno a pesar de representar un solo voto más. Siendo realistas y consintiendo la idea inexplicable de que nuestros votos cuentan, el país y su derrotero está siendo controlado cada vez más por gordos, dénles lo que piden, que seguramente serán comodidades de movimiento y otras similitudes que verdaderamente no son muy viables para la administración del país, y nos iremos en quiebra. No tengo nada en contra de nosotros mismos, pero creo que pensar en que mi gobierno me quiere flaco y las empresas me quieren gordo me confunde un poco...

7 de septiembre de 2007

4 Música

A ver si como sociocritican chiflan... A pesar de que yo no soy un gran experto en la música y a pesar de que ya he hablado anteriormente de tal elemento de nuestra vida diaria, ahora llega el momento de que la sociocítrica nos deba brindar un método para entender la música. Cuando la música es simplemente sonidos, sin voces articuladas, ¿podemos decir que posee una tendencia falocéntrica o, mejor dicho, machista? Se pueden hacer valores cuantitativos entre la presencia de notas graves y agudas y la discreción de semitonos y otros análisis como la rapidez o lentitud del tempo, pero inferir de ahí una semiótica de la exclusión sí está difícil, pues carecen de un lenguaje que se pueda descifrar. Melancolía, alegría, odio. Dicen que se siente eso a partir de la música, pero incluso canciones "alegres"/picarescas como el pajarraco que roba (thieving magpie, pero no sé la traducción del título) pueden hacer sentir cosas muy distintas, disparar otros recuerdos que quizá nada tengan que ver, como imaginarse que alguien hace un pastel o está operando tras esos compases. Puede realmente la sociocítrica acercarse a un problema analítico de este tipo o necesita la presencia de otro lenguaje, yo no lo sé, pero pregúnteselo al doctor más cercano. Es decir, hay tendencias en cada estilo de música, desde coincidencias en voces hasta golpes de tambor o la presencia constante de un instrumento. Lo que me preocupa de esto es que debe considerarse un discurso en tanto que hay tonaditas que se nos pegan y es una evidencia de discurso que se vuelve latente. Indescifrable pero latente. La marcha de Zacatecas, por ejemplo, debe tener un objetivo al ser puesta en los parvularios públicos durante una época especial, mas eso no nos asegura que la marcha en cuestión reafirme, junto con un discurso educativo, el amor a la patria o las ganas de estar en un ejército. Tantos ejemplos en los que se usa la música, pero sin un discurso de el dónde se reproduce, pareciera que estamos ante una tonada vacía de sentido pero pegajosa.

4 de septiembre de 2007

Cuestiones de estilo

Esto, lamentablemente, no es un prólogo brillante o esmerado acerca del gran tipo de la narración del hombre chillón de cuello largo que necesitaba un nuevo botón. Por más que quisiera mejor hablar de los ejercicios de Queneau, me debo dedicar a hablar de la palabra estilo.
La razón de esta entrada fue porque alguien, en el buscador, puso como palabras clave cómo tener un estilo propio, lo que quizá esté problematizando a muchos de esos que llamamos nuestros mexicanos y no nos importan más que en las charlas de dominó y café. Sea, pues, necesario decirles que el término estilo es uno de los que más significados tienen en nuestro idioma, ya que ha adquirido un valor de "la manera de hacer una cosa" y se ha despegado de significar sinecdóticamente la manera de escribir de una persona: es lo mismo decir "el estilo de Juanito González" que "la pluma de Juanita González". Entonces, se puede decir que, desde que nacemos y se nos causa el llanto para extender los pulmones según dicen las lenguas médicas de mi familia, tenemos un estilo propio para llorar y pedir comida en tanto que, aunque pertenecemos a la misma especie de seres vivos, no somos igualitos. Entonces es difícil saber cómo es que le dan los buscadores un click a mi sitio en buca de respuestas, digamos, si es una persona que busca un estilo de moda para gordos porque se cansó de usar tirantitos y decir de vez en cuando mírelo eh. O si buscan un estilo sexual en el caso de esos seres afectados tanto por la libre traducción como por el doggy style. Entonces, como conclusión, odio que la palabra estilo haya llegado al punto en que es válido decir que tenemos un estilo propio de entender cada palabra, pues para mí, que no me interesan los estilos de peinado ni los estilos arquitectónicos, ni el estilo americano, mucho menos si tengo un estilo propio. Probablemente yo tenga un estilo propio para sacarme los mocos porque, además de que es mi nariz y son mis dedos, requiero de inclinar un poco la cabeza hacia la derecha, pero probablemente tendremos un estilo propio cuando dejemos de preguntarnos si tenemos un estilo propio. No es que, señoras mal interpretadoras, me vuelva yo un conformista en lo que se refiere a un estilo, sino que tengo conciencia de que la búsqueda de un estilo propio no se logra al buscar la imitación de los estilos de los demás, sino al observarlos simplemente. Suficiente de terapia de autoestima por esta entrada.

W... Wendy

lo más cercano al ideal de la sociedad mexicana es el mito de Wendy la de Peter Pan, película de Disney basada en el libro de alguien cuyo nombre no viene ahora al caso, ya que en nuestro manifiesto está el amar a los personajes y no al escritor porque simplemente es uno de nosotros. Ea, pues, con doña Wendolin Pérez, nombre que le arbitrarié para no repetir la palabra Wendy, tenemos un ideal mítico o por lo menos estereotipo-prototipado de una niña mexicana: sacada de la rutina diaria para cuidar a los niños que le son más pequeños. Cocinar, lavar, limpiar. Todo lo que necesita un niño en mallas verdes y que gusta de volar por los aires acompañado de un hada, está en la esencia de la niña que no puede ser una mujercita normal como todas las de clase media, sino que debe de romperse las manos con la comida y los trastes de unos chiquillos que ellas no trajeron al mundo. No es que diga que es peor, señores, mas debo decir que hay hombres que gustan de estas personitas hacendosas. Por lo tanto, al igual que otras amadas, esta empatía también se comparte. Dudas, sugerencias, déjenme un comentario y con mi sabiduría y la poca de Cervantes, les voy a responder. corto.

V. ¿Venus?

"Luz azul en la noche, velo del que los poetas cuelgan". Espuma de mar y otras cosas similares. Venus, la diosa romana de la belleza y las enfermedades venéreas, la Mílica que por azar del destino quedó sin brazos para taparse las partes inmorales. Esa Venus inaccesible a no ser que tengamos cuerpo de dioses.Han de recordar ustedes a los gitanos que la invocaban cada noche para que se manifestara ante el cliente por diez segundos, quince, si pagaban bien. En esa manifestación, obviamente Venus existía bajo ese nombre pero de día probablemente era solamente una hija del gitano con un nombre verdaderamente ajeno a la historia que se tragaba el cliente. No le pueden tocar o el hechizo se rompe, pues tocar semejante cuerpo es hacer que la diosa descienda.
Como no me entienden probablemente, les diré: entre las amadas alfabéticas escogí este nombre en turno porque tal tipo de mujer representa a ese tipo: las que deben cambiar su nombre para estar ante los hombres y lo vuelven a cambiar para estar ente la sociedad. Puede que seamos gemelos de nosotros mismos y necesitamos desdoblarnos para hacer las cosas que la sociedad no debe ver en una misma persona. Los nombres alternos sólo nos funcionan para hacer lo que nuestros contrarios hacen. Es más fácil si lo que se hace mal queda a nombre de otro. Ya entendieron.

3 de septiembre de 2007

peri monetaria

¿Y qué creían? ¿que al igual que varios de mis colegas interesados por el rating que va a causar la disgresión valoritaria-ideológica del Informe de Gobierno yo iba a hablar también de ello? Vamos, esta generación de personas tiene, en su mayoría, una educación forjada a partir de la tele y, por lo menos yo, cuando veía la tele, me enojaba cuando en todos los canales aparecía lo mismo: un monito con una bandita tricolo que habla por mucho rato sobre coas que no nos interesan a no ser que un inhumano maestro nos haya dejado verlo y hacer un resumen de tal. En la tele somos niños que prefieren las aventuras de conejos, ratones, esponjas, hadas y otras cosas, un informe nos aburre. Así de fácil, lo que se haya dicho sólo lo recuerdan los que ganan dinero a partir de su opinión y los que dejaron de pedir dinero por su opinión e hicieron su personalidad alrededor de la plática sobre política. Dicho esto, ayer cuando me di cuenta de que mentalmente gustamos de pensar en cosas grandes, me dio una idea que discutí con Cervantes y derivó en clasificarme como malinchista o como persona a favor de los gringos. Ahora, en busca de una cuarta opinión debido a mi naturaleza trinitaria, les propongo lo siguiente: La creación de un nuevo sistema para medir nuestros ingresos, una nueva moneda que resulta mejor que la inversión en boletos de metro y fichas de tren ligero: la nueva moneda: el elote mexicano. Originalmente, la idea era que se llamara pesote, sólo por no seguirla llamando peso, pero como hoy en día está de moda que los elotes en vasito cuesten diez pesos, por lo menos donde vivo y en plazas como el centro de Zapopan, que mejor se llame Elote, además de que ya tenemos moldes de monedas que muestran una mazorca. La cuestión principal, como yo lo veo, es que nuestra forma de ver a la moneda extranjera (me refiero específicamente a los dólares) es con aires de inferioridad debido a que nos cuesta más de diez monedas de las nuestras comprar una de las suyas. Lo bueno que a alguien se le ocurrió quitarle tres ceros a la moneda hace ya mucho rato, a lo mejor porque era mejor pagar siete u ocho de nuestras monedas que siete mil u ocho mil de éstas. Por eso digo que, para subir nuestra autoestima emocional, le quitemos otro cero a nuestra moneda, convirtiendo al peso actual en diez centavos de peso y a la moneda de diez pesos en un pesote. O elote. O peso a secas. Lo principal, dicen que es la excusa de que nos vamos a confundir con eso de la moneda nueva y que los viejitos nomás no lo van a entender. Pero al contrario, volveremos un poco más cerca a sus tiempos más o menos, señoras. ¿Nunca escucharon que antes les daban cincuenta centavos y con eso se compraban muchas cosas como canicas y duritos y similares? ahora se le acercaría un poco más. Los pesos valdrían más. Aunque es cierto que ganarlos será una lata más, estaremos en un mundo donde los libros nos cuesten cinco pesotes o quizá doce. Pero seríamos más competitivos y el dólar sólo nos costaría un pesote y centavos. Eventualmente tendríamos una moneda que sería más efectiva en el mercado y esta forma de ver que los pesotes no rinden lo msmo que un dolar a pesar de valer casi lo mismo traería incoformidad en las personas y haría que le exigiéramos más a nuestros gober.... ahh, con razón no se ha instituido el pesote mexicano.