Ustedes, los que me conocen, lleguen a preguntarse si los he abrazado o si sólo me he dejado abrazar y acompaño con unas palmadas como las que se le dan a la vaca cuando queremos que se haga a un lado. Entre los traumas que arrastro dia a día, está mi obsesión por no abrazar a tontas y a locas, porque después de los abrazos temo quedar loco y tonto. Bueno, más.
31 de diciembre de 2014
19 de diciembre de 2014
México: Zona de supervivencia
No quiero que esto sea sensacionalista. Ustedes ya conocen estas historias porque crecimos con ellas y perdimos sensibilidad por más fuertes que sean. Una persona de mi misma edad me contó que a los quince años, por la noche, un terrorista le apuntó a la cabeza enfrente de sus padres y hermanos. Dijo, sin necesidad de sonar amenazante, que al día siguiente jalaría del gatillo.
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