31 de julio de 2007

ars televisiva

He mencionado muchas veces algunos aspectos que según eso deberían mencionarse en el manifiesto infrahuevón, la mayoría de los arses van en ese apartado, pero como les da hueva ponerlos o leerlos, ya me da igual y continúo desordenando esto: Ahora le toca a la televisión, ya que nuevamente me senté enfrente de esta y la encendí para ver qué había de nuevo en el mundo que me rodea: inundaciones, gente con casas inundadas, negocios arruinados por culpa de inundaciones, y vaya sea que después sacaron la opinión de un personaje de la farándula acerca de las inundaciones. Como extra, aunque no lo vi en la tele sino que me lo contó mi mamá (es decir, lo vio en la tele, porque dudo que con tanto quehacer en su casa y la agenda tan apretada de sus cursos tenga tiempo para inventar historias), la historia de un ser que por medio de esta red de información logró que una niña en bikini se suicidara ante una webcam cortándose horizontalmente el abdomen con un cutter (vaya idiotismo para los que saben inglés). es decir, lo de siempre. Ya sé, nos toca a los infrahuevones, antes que tomar una acción social, plantear nuestra propia utopía para que después nos digan que no hemos hecho nada al respecto. En este caso, es hora de darle un poco de atención a lo que es la televisión y cómo debería funcionar verdaderamente. Sépase que lo que les digo no me gusta decirlo porque sé que comparto miles de estas opinioes con todo tipo de personas, tanto inteligentes y críticas, como con no inteligentes y con complejo de cotorro o niño que repite sin sentido. Las digo porque ayudan a mis reflexiones, pero hasta ahí, le corresponde a otros verificar quién dice cada cosa, yo no les debo hacer su tarea. La televisión, a donde lo veo, ha evolucionado de esa maravillosa superficie que nos muestra algo en movimiento, pasando por el momento en que si no nos gusta lo que vemos debemos adaptarnos porque la tele no va a cambiar por nosotros hasta este punto muerto en que sabemos que la tele nos divierte porque fue decisión nuestra apretar el botón de encendido. Ya después juzgaré a aquellos que han visto en la televisión una niñera para los niños que no pudimos controlar y los que ven en los adolescente, además de una niñera, una maestra bizarra de autoestima y consejos prácticos. Dicho esto, cuántos no la han a tacado o defendido. En parte, desde la compañía de electricidad hasta las torterías y zapaterías que se anuncian en este medio ganan dinero a costa de que nosotros encendamos un aparato receptor y le pongamos atención o no, pues no me corresponde a mí poner reglas acerca de cómo ver la televisión porque, siendo un tipo jorobado y feo que no ve televisión, no les puedo ayudar a ver la tele mientras se conservan guapos y derechitos. Ahora, en lo que se refiere a manifiestos, no puedo decir que odiamos la televisión, pero me parece importante resaltarle a todas las personas que lloren al voltear a sus vidas después de que apagaron la televisión, que, mientras la persona en la tele tiene éxito o sufre emociones (es decir, orgasmos de telenovela en un auto de telenovela y a cargo de una mujer u hombre de telenovela, Sin mencionar que lo mismo es el coraje hacia una persona o el afecto hacia otra, hacia seres que no son reales), nosotros, en cambio, estamos en nuestra propia aventura de sentarnos frente a un televisor por media hora. ¿Ha sabido alguno de ustedes de una serie en la que el personaje está frente a esa tele por una hora o más y nada sucede a su alrededor con excepción de que llegue la vecina a hacer lo mismo o que un niño le pegue a otro? ¿Y que aparte haya tenido éxito? veamos las sitcom (Situational Comedies), donde siempre es que se pierde algo o que invitan a alguien a un lugar y se le meten todas las situaciones posibles para que la gente ría. Es tan fácil hacer eso, como por ejemplo hacer que en una cena familiar se caiga el techo y en la siguiente escena se deba reparar y los hombres están vestidos de albañiles y se caen por errores de escaleras y carga de cemento y otras cosas. A medio programa los que trabajan ya adquirieron un poco de eso que dicen que caracterizan a los albañiles y le avientan piropos a las mujeres que pasan. Para el final, se burlan de que no necesitaron un verdadero albañil para hacer el trabajo y en ese mismo momento se les cae de nuevo el techo. Y stay tuned para el siguiente episodio. La clave es poner un poco de torpeza en un personaje y listo, ya tendremos a muchas personas riendo a costa de las idioteces que genere, como el chavo, aunque ahí todos son medianamente idiotas pero cada uno con su característica y relaciones interpersonales dentro de una sociedad que la convierten en una comedia sustentable. Nos puede corresponder a nosotros hacer que la gente deje de ver televisión pero, lamentablemente, una de tantas formas es anunciándonos en la tele. Como ejemplo, cuando Michael Moore medio atacó el hecho de la confusión en los medios de información, sólo hubo un poco de respuesta en tanto que la forma de decirlo no fue explícita para que lo entendieran los menores y el público en general, además de utilizar también los métodos audiovisuales. La otra es cambiar a la tele. Y verdaderamente hay mucho por cambiarle, pero no le convienen a nuestra sociedad o a los que se hacen llamar nuestra sociedad. Imaginemos nuestra televisión ideal, o por lo menos como yo me la imagino, retrógrada, sin atractivo, lo suficientemente fácil de apagar como para que en esa media hora en que vieron a sus héroes hayan avanzado en algo para volverse sus propios héroes, ya que si hay alguien a quien debemos considerar un ejemplo ése debe ser únicamente a nosotros mismos, sabiendo, por supuesto, que siempre hay una forma de ser mejor que éste. Imaginemos por principio que la tele no nos funcione en sí como un juicio de valor hacia uno y otro puntos, sino que nos presente los hechos tal como se sucedan aunque esto implique la ausencia de caricaturas y reportajes. Imaginemos por una maldita vez que podemos ver un partido de fútbol en sonido mudo aun cuando en ese estado también estemos subordinados a las cámaras. Comienzo a creer que, por el hecho de que vemos el partido desde más arriba que los jugadores, sentimos la necesidad de gritarle instrucciones a los jugadores porque sentimos que los controlamos. pero en sí, que si nos piensan hablar de algo como las explosiones en algún lado, que no haya editores de algún tipo, es decir, meter algo así como cinta uno y después cinta dos y más tarde cinta tres y luego más cintas hasta que el hecho se conozca desde distintos puntos de vista en tanto que la televisión, como ser de opinión inapelable y de la que no podemos hacer preguntas ni obtener una verdadera retroalimentación, no debe comenzar a decirnos la verdad de la tele. Como segunda: los comerciales no deben existir en sí si es que van a apoyar a una sola marca o campaña, se pierde tiempo y el pueblo pierde dinero, digo yo. Si, por ejemplo, antes se necesitaba carne, se iba a la carnicería y se buscaban opciones. Lo mismo para nuevos colores en hilos de rafia y las novedades de diseños en tela. La necesidad surgiría de nosotros y no de un comercial. Y digamos que, si una bebida nos va a decir que hagamos 30 minutos de ejercicio, por qué simplemente no poner un comercial de: tome bebidas, coma pan, aliméntese sanamente, en invierno hará frío, tome sus precauciones, no se exceda en la ingesta de alcohol. Se puede usted mover más rápido en un auto, pero también hay bicis. No sé ustedes, pero otra cosa que nos destruye y también a la televisión es el montón de publicidad, es castrante que, cuando uno va a una tienda medianamente grande a comprar un jabón se tenga que poner a decidir entre uno de determinada m,arca y otro de otra determinada marca; y aparte decidir, ya después de la marca, si lo queremos de avena con leche de burra o de frambuesa con trocitos de nuez o de lechuga con navajas de afeitar y mostaza o de rompope y sábila. Si tan sólo hubiera un jabón estándar y que todo fuera de marca Dharma. Pero nadie quiere esto del a todos parejos porque nos han dicho que somos distintos cada uno entre sí. Lo somos, pero de todas maneras nuestras distinciones y gustos no deben ser controlados por infinidad de marcas y la competencia entre cada uno, si a mi jabón yo le quiero poner extracto de limón, pues ya que sea mi decisión de agarrar un jabón normal y hervirlo en mi casa con mis propias especias. La flojera, esa que se siente al no querer abandonar el sillón frente a la televisión por ir a hervir algo estándar y hacerlo único, es lo que alimenta a todos. Tercero: Si lo mejor debe ser exclusivo, que se dividan los programas y los canales entre distinciones de pobres, clase media, ingenieros y universitarios, ricos y huevones, y así. Si a mí no me corresponde tener lo mejor, que así sea, pero nbo debo tampoco de enterarme de este mejor. Ahora que, pensándolo mejor, digo que incluso lo mejor debe estar a precio de pobres, pero ya esto es otra cosa: busquemos una forma de viajar al pasado, ver quién puso valor por primerza vez a la perfección y matarlo, aunque eso implique matar a Adán o al que haya sido el primer hombre. Cuarto: Ya he dicho que la televisión no puede ser educacional por sí sola, sino que necesita de un guía que preste las pautas para usar esta herramienta de forma educacional y crítica. Pero lo repito para que vean que sigo en ese meollo. Quinto: la reiteración. Sólo como curiosidad, qué pasaría con una sociedad en la que no hubiera un mensaje repetido? cada caricatura se supone que da ese tipo de juicios de valor y, obviamente, el público se construye a partir de ellos. si se los quitamos en busca de que piensen por sí solos, quizá lo hagan. ¿No han visto a una vecindad actuar cuando se les va la luz? digo, la burra no era arisca. Con una tele aburrida, la sociedad mejoraría aun cuando se joda a todas las empresas públicas y el gobierno. El beneficio de la tele ya ha desaparecido y no le veo un verdadero objetivo en el que siga ahí para entretener a las personas. Se entretienen ya en el trabajo y sin disfrutar de tal, ¿por qué seguirlos entreteniendo ya en casa?

26 de julio de 2007

Jalisco es uno?

Acaeció que me senté en el sillón de la casa dizque a leer y, con un azar del destino que ya he aprendido a manipular, el control remoto de la tele quedó cerca de mi mano. La tentación de saber lo que pasaba con el mundo y ver la nueva moda en proyectos para adelgazar, ollitas de cocina mágicas y cortadores de verduras, así como saber cuál era el problema que mis rodeadores mencionaban tanto acerca de un camión en puebla y ahogados y estrellitas que según eso andaban borrachas. Prendí la tele y me puse a zappear un rato hasta encontrar un programa decente. Como hábito del que viene con la tele y me recuerda un poco de los sábados de mi infancia, fui al refrigerador para armar un sándwich o algo que se pueda masticar y tragar sin dedicarle atención (por eso detestaba el pescado y pasé un tiempo temiendo al filete empanizado) y fue entonces cuando escuché la voz de uno que pensé no iba a durar. La última vez que escuché su voz fue en TV Azteca hablando de cómo estaba la gente antes del partido de Toluca contra América, hará unos cuatro o cinco años, de lo que recuerdo sacaron a uno ataviado como diablo mientras sujetaba una pata de pollo con los dientes y ganó el Toluca. Pero ese narrador de deportes, por una parte qué bueno que tenga chamba, por otra, no me gustó lo que oí. En pocas palabras, nos dice que Jalisco es uno y que debemos sentirnos ganadores porque hay otros, deportistas, supongo, que ganaron cuchitriles en distintas competencias.
Tú ere una bestia, una víbora, carnívora, como dinosaurio, hoy voy a ser tu veterinario pa' tranquilizalte los ovario en el nombre de Ontario por mi madre te voy a sacal lo de sagitario y voy con toa la yuca, cúcara mácara mácara cuca
Pues no volvieron a pasar el anuncio y no me tocó ver la imagen y no recuerdo bien cada palabra, sólo recuerdo que dice que jalisco es uno. Pero suena a algo que resaltaría la fálta de ánimo de todos, o por lo menos del pueblo: ya eres ganador porque otros han ganado por ti. Para qué hacer algo si hay otros que lo hacen mejor y, en comparación a mí, ya están entrenados? es como si me pusieran a jugar al estratega contra el Ender de Orson Scott Card. Así, diciéndome que ya hay mejorcitos que yo, pues ni pa qué entrarle a esos del ego insuflado de superioridad

22 de julio de 2007

honni soit qui l'y pense

¿Podemos tachar a una persona bajo determinados valores porque su forma de actuar jala un gatillo o se atora en una fibra de nuestra mente? ¿Somos inocentes de pensar siempre lo mismo de una persona desconocida? Ya no puedo inventar palabras cuando otras siguen retornando a mi mente, siempre usadas sin pensar realmente en lo que estamos diciendo. No los quiero llamar lectores si ustedes no lo són, así como no quisiera llamarme poeta o escritor cuando sé que no lo soy. Quizá ante la sociedad sí lo sea, quizá sólo merezca un plato de comida y después ser ignorado y mandado lejos porque los poetas dañan. Cómo llamar a alguien un amigo si esa palabra cambia para cada persona como muchas otras también lo hacen?¿Qué es inmoral o cruel para mí?¿y para ellos? De lo que estoy seguro es que nadie disfruta los bostezos de la misma forma que yo y que muchos los disfrutan mejor que yo. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con el título de la entrada? No sé. Es una parte de mí que me dice que lo que juzgo malo no lo es para otros y lo que no juzgo malo sí lo es para otros, si yo veo un acto y lo interpreto como algo es porque tal pensamiento está en mí y no en el acto en sí. Entonces sigo viendo que está mal o bien, pienso en lo que esos trabajos harán después de la sociedad, pero, ¿y si toda esa conspiración llena de trabajadores de pavimentación, drenaje, gatos, mayordomos, testigos de Jehová, reparadores de computadoras, meseros y jefas de meseros de Samborns, locutores y vecinos, todo eso está solamente en mi cabeza?

21 de julio de 2007

de rerum hipocritiae


Me dirá el lector que a qué viene esta definición y este articulito, pues seguramente se sentirá ofendido o, cuando menos, indigesto debido a que su estómago y lo que ha consumido en los últimos quince días le han hecho olvidar cómo se llora. Ahora le pregunto, lector, si esto no es literatura o yo no lo considero tal, debo llamarle a usted todavía con el título de lector o simplemente con el de decodificador?
No sé quién puede decirle a otro que ha leído a tal persona si ésta, finalmente, no ha escrito nada, sus artículos son a medio llenar, sus errores salen constantemente, sus ideas sólo se reducen a explicaciones de lo que ha leído y sus destellos de creatividad terminan en una redundante y revoltosa tesis que ni siquiera a ellos les interesa para otro objetivo más allá que usarla como un tema de conversación. Y si lo publican, ¿será para llamar la atención?
Favor de dirigir su mirada hacia el hipócrita, señores, el que aparenta decir mucho pero carece de todo, sólo hace letras de blog, no literatura.
Esto no es por alejar la vida del autor y quitarla tanto como se pueda de la obra de arte, por eso la gente no es hipócrita, ya sea si lo hace o no. El objetivo es que no podemos reconocer nuestros pensamientos para siempre, eso es lo que se siente cuando crecemos, será que he llegado al momento en que detesto cómo llamé la atención anteriormente. Y quizá podría seguir, hablar quizá de la construcción de personajes y los errores que se hacen para definirlos más en una secuela, de las reglas a seguir para ganar una discusión antes de que nos tiemble la voz, de las reflexiones sobre la guerra a partir de Cervantes, del juego de dobles que se presenta en ferias y celebraciones como la de los tastuanes, de los medios de conserva en alimentos, de la inutilidad de los aforismos y las citas que se pueden reciclar, de los libros que detestan no ser leídos enteramente, de los cuentos invfantiles y lo que he descubierto sociocítricamente en ellos, en fin.
Sin novedad, pero debemos hacer algo respecto a la hipocresía de los currículos, ¿no creen?

13 de julio de 2007

Beta, o la historia de otro Celular perdido

Imagine usted, animoso lector desquehacerado, que se encuentra a una mujer en un sillón, sin dueño aparente y usted comienza a buscar entre sus poros o sus labios o sus brazos o sus piernas un rastro del dueño anterior. Inferir lo que el otro come, el perfume que usa, aquellas partes específicas en las que la grasa de los dedos deja una huella o donde la saliva se resiste a quitar su marca del antecedente. La opción es darle un buen baño a la mujer y dejarla irreconocible para el dueño anterior, es decir robar así a la máxima descarga, o esperar que el dueño se comunique para ver si usted, señor todo piadoso, digna deshacerse de la mujer después de un momento de apego y manipulación. Con este párrafo, llego a la conclusión de que un celular no es como una mujer, lo cual me alegra porque no recibiré un correo de cadenita que me diga las similitudes y diferencias entre una herramienta de comunicación y envío de datos y un celular. Y si lo hacen o ya lo hicieron, note usted, lector, que nuestro mundo está falto de creatividad Se siente lo mismo cuando uno se encuentra un celular o cuando se pierde uno? Sólo se piensa en que cuando lo perdimos no lo regresaron y queremos hacer lo mismo, o se piensa que se debe regresar, el caso es que tenemos en nuestras manos algo con lo que no nos identificamos porque simplemente no es nuestro. Quién decide lo que le corresponde a cada quién, no lo sé, probablemente sea la necesidad o el sentido de ésta el que nos haga decidir qué hacer con cada situación. Y esto nos lleva a preguntarnos por qué las necesidades, como las de una nieve de determinada marca o de determinada sopa instantánea nos es inculcada por nuestros padres y amigos y desconocidos?

9 de julio de 2007

peri quirohermeneia

When you're feeling in the dumps Don't be silly chumps Just purse your lips and whistle - that's the thing
Existe la Quiromancia, no me lo tienen que decir, sé que ya hay una palabra para el acto de leer una mano. Pero es más justo hablar de interpretar una mano y no adivinar algo a partir de una. Siempre hay problemas con eso de las palabras, sé usarlas en su mayoría, pero todavía dudo en la creación de palabras nuevas, rara vez surge esta necesidad en mi vida diaria. Pero volviendo a las manos, recuerdo, cuando niño, tener menos líneas y una letra M marcada en la palma de la mano. Hoy las lineas han cambiado, se ven distintas, casi como si la eme se hubiera convertido en una D y una X, Imaginemos que nuestro cuerpo cambia, mata células y otras cositas por ahí. Pareciera que me maravillo con mirar mi palma, preguntándome de dónde ha salido cada minimarca y cómo hacer que surga una nueva y borrar otra. ¿Que hay obsesión? Sí. Quiero no creer en la predestinación, sobre todo porque me acaban de decir que se me van a quemar los frijoles y le he dicho a otra persona que se me achatarrarán los elotes; cualquier cosa que eso último signifique, desearía que no sucediera. El destino es una simple amenaza como aquella de dar una mordida, ponerle una buena o decir en tono revelador: "nos va a agarrar la lluvia". Entonces la mano sólo nos puede indicar lo pasado y lo presente, por lo menos para mí, que no soy ortopedista o quirólogo o quiromancista ni tengo pelos en tal parte de mi cuerpo, con excepción de los nudillos. Quizá cada línea nos indique las habilidades de una persona en todo lo que la mano interviene.
Always look on the bright side of life
Y con esto, en qué linea quedan marcados los rencores en que apretamos el puño y qué linea se borra cada que lloramos t tapamos las lágrimas. Qué linea nos ha marcado que sabemos operar un mouse y un teclado, que abrimos una botella de suavitel de determinada forma, que tenemos una usb o que operamos con ese puerto, en donde se marcan las caricias que hemos dado, qué linea nos dice que sabemos amar, cual nos indica que sabemos limpiarnos el trasero y cuál define qué marca usamos? en qué línea se esconde el pachoncito y qué linea delata nuestros sueños y los pellizcos que le damos a los granitos de la espalda?. No idea

7 de julio de 2007

X Revisitado

De repente me siento como alguien que se pone a escribir en el principio de sus poemas:"Me piden versos", o como Chejov cuando le dijeron que dejara de escribir para el pueblo. Pero mi reacción no quiere ser la de la respuesta creativa o incluir en el cuento al niño que no lo quiere escuchar y ha comenzado a gritar y hablarle a otro. Quisiera ir a T, pero distintas de las circunstancias terminan llevándonos a X. Lo bueno de X, o por lo menos mi X, es que esta ciudad siempre ajena se nos vuelve una rutina o un sentimiento de conocimiento ante una ciudad o lugar específico, pues X no siempre será la misma X, sino que su esencia ha de cambiar, cada revisión, cada recuerdo, cada que ponemos el pie en el mismo lugar y recargamos la mano en la pared imitando una estatua de cobre. El tiempo no es el mismo y todo lo sucedido cambia. ¿y qué sucede si una de tantas frases perdidas vuelve a nuestra memoria? Tendremos que matar al otro Borges, más joven, ahogarnos en el estanque, pisar la maldita flor amarilla. Por fortuna, pocos nos tenemos que poner a criticarnos a nosotros mismos, tenemos otros de los que nos podemos burlar cuantas veces queramos. Son los que nos hacen superiores cuando sus ataques y observaciones son como si quisieran herir a un Dios. Por favor noten que eso fue un patetismo y no refleja mi verdadera posición, ya les dije que yo no voy a llegar lejos en la historia porque a mí me toca otro tipo de gloria, más allá de la que buscaba Ovidio, yo comienzo a preferir la fama que da el olvido.
Revisitamos X y lo único que nos puede doler es no visitarnos a nosotros mismos.

5 de julio de 2007

hacia donde estén los mejores pastizales

enseñó res ni pastor: nada me falta...

Bueno, habiendo terminado la misa en que un miembro de la familia se integra a la familia en forma católica a partir de la degustación de una oblea y el vino y con unos instantes de iluminación con un sirio para la ocasión, la gente comenzó a felicitar al primo. Bueno, aclaro ahora que, gente, hasta nuevo aviso y mientras dure la relación de mi muy breve estancia en Arandas, significará personas que conocen a mi primo.
Pues de ahí siguió la temporada de fotos y yo seguí jugando con mi celular para ver cómo era que funcionaba eso de la toma panorámica, que resultó ser algo mal hecho y arruinó el mejor recuerdo de mi viaje a según lo había imaginado en mi mente, lo chido es que la idea principal se ve ahí. Pues cada quién. Puntos suspensivos.
Pues, obviamente como en todo evento católico mexicano que quiera ser recordado en la familia, siguió la fiesta, que ha sido de las mejores que he tenido en este año y a continuación expongo las pros.
Pero antes de eso hago notar que a la gente le guta mucho la cosa comible y pastosa, de fácil digestión, de esa que no se es menester masticar, de hecho, aunque no corre en mi familia cierta tradición, dicen que o que se pega en el paladar y causa un sonido así como de chapaleo, es lo más delicioso y mejor preparado en la cocina mexicana. Aunque luego esto se quedó como un signo de que deben hacer ese ruido para no ofender a la cocinera y luego se convirtió en un gusto desagradable como el fumar. en fin, ahí van las cosas destacables de la fiesta, buenas, malas, observaciones, comentarios, derrapes y similares:
  • Es la segunda fiesta a la que he ido y por placer. La otra era más bien una carne asada en la que tuve que ayudar a poner la lumbre, dorar la carne y no me tocó más que pura salchicha y guacamole enchiloso. La mala suerte del que levanta la mano cuando alguien pregunta: "¿alguien sabe cómo funciona esta cosa?"
  • se llevo a cabo en un lugar al aire libre y hubo sendos asientos, sendos vasos, sendos platos de botana para las mesas y sobraron muchos sendos que no se usaron
  • Sirvieron a la hora en que se supone que la gente debe comer, pues se debe considerar que los infladitos o inflables de la comida tienen sus horas y, en caso contrario, se ponen tristes
  • Hubo sopa, frijoles, birria y nieve, entre otras, de agrillo. Ya hablé acerca de los pastizales, así que imaginen la orquesta de las mesas sincronizadas.
  • Los que iban a felicitar al recienprimercomuniado lo tenían que conocer, pues entre la iglesia y la fiesta hubo un cambio de vestuario que le quitó la formalidad del ave maría para darle un toque sagrado del uniforme de las chivas.
  • Fue malo que una prima se cayó y le salió sangre que no quería detenerse y una lesión de tobillo en una persona grande que tampoco fue muy agradable presenciar.
  • Había un árbol que soltaba unas semillas que caían en las mesas y, ergo, en los platos y en los vasos.
  • Hubo un festival para los niños donde todos ganaron un juguete, aunque a lo mejor hubo chanchullo porque las actividades parecían haber sido entrenadas por los hijos de los que lo organizaron.
  • Aunque debería ponerlo en otra entrada acerca de que las mujeres guardan el destino de los otros y lo manejan a su antojo, creo haber visto a una mujer, mientras recogía un paquete de tortillas, acomodar tal alimento de forma especial, como apuntando hacia el norte en forma romboide y moviendo de un lado a otro. Dijo que era para que se enfriaran, pero para mí que estaba improvisando una baraja de tarot. Lo que sea de cada quién
  • Estoy enojado porque no me subí al brincolín.
  • Un consejo para los arquitectos sería la siguiente anécdota:
    Resulta que, como mi hábito por la ingestión de líquidos es tanto como el de leer libros, tuve que ir al baño a vaciar el tanque. La cuestión era que, en la unidad deportiva cuyo nombre ya no recuerdo, los baños tenían la forma de otra cabaña como la que se rentaron los organizadores del pastizal. El problema del baño es que, lo que hace el anterior, por evidencias notables, es lo que el que sigue y el que sigue harán porque ese es el equilibrio de las cosas. Entonces, yo que vengo de guadalajara, estoy acostumbrado ya sea a la taza o al mingitorio, pero a la entrada del baño de ese lugar, alguien tuvo la idea de poner una maceta a la misma altura a la que pondrían un mingitorio.
    No se necesita ser un rastreador experto para notar que la orina en una maceta dejada por alguien minutos antes en la maceta todavía no ha sido absorbida por la tierra. Me dije que no era yo alguien importante o divo como para no seguir esa tradición arandina: por alguna razón su fe está más alta, y si es por acostumbrar el depósito de la orina directo en la tierra, pos sea así.
    De fortuna, antes de hacer parte de esa costumbre, fui a lavarme las manos y encontré allá adentro, al lado del cubículo de la taza, un mingitorio. ¡Apenas que yo quería reconocer el olor de mi orina cayendo en la tierra de una maceta!
  • Pude ver un partido de tenis, muy malo por supuesto, pero nunca había estado en un mirador como el de esa unidad y pude comprobar que los rechinidos no se los pone la señal de televisión y que realmente salen de los jugadores.

  • Un miniteatro. Era hermoso, pequeño y lleno de cantera, mala acústica porque se debía gritar mucho estando en el escenario, pero los niños no reparan en eso.
  • Me tocó ayudar a recoger mi tiradero y el de los otros. La mejor fiesta, para mí, es aquella en la que se aprende a ser humilde
  • Las bocinas del sistema de sonido fallaron, pero fue una fiesta en la que los otros invitados me pudieron entretener lo suficiente como para no abrir un libro y hacer el ridículo, aunque en la cancha de tenis leí un poco y tuve oportunidad de cruzar algunas palabras con Cervantes.
hubo más cosas en la fiesta, como conversaciones y actitudes de cada invitado, pero como la mayoría no parecía arandina y cada mesa traía su propio ritmo y tema, no vale la pena señalarlos. La fiesta terminó y ayudamos a transportar las cosas sobrantes a la casa del festejado, a cambio nos dieron medio litro de nieve a cada uno, debo decir que fue la primera de la temporada.

1 de julio de 2007

¿Uno más uno igual a queso babas?

Sé que la siguiente información es un arma de dos filos porque lo último que quisiera alguien como yo es que una ponencia abarque más de 15 minutos y la investigación hecha sólo resultó como una selección dizque justificada de los albures. Es cierto, en algunas ocasiones es divertido observar cómo discuten dos personas reconocidas por sus tendencias a aprovecharse del factor de la homosexualidad socialmente aceptada. Desde un Polo-Polo que dice: "Tú la metes y es igual", hasta un "saco, sambuto, retaco" de Trino; incluyamos a esto el acostumbrado "le gusta el arroz con popote". Visto desde un sentido más cercano a la lógica, ahora que he comenzado con ese libro de Irving M. Copi que todavía tiene en su título la horripilante palabra de introducción, puedo notar que el albur no es mexicano o solamente algo que caracteriza al idioma español, sino un simple razonamiento en cuya conclusión existe una verdad a la que se debe validar y responder conforme a las reglas. El juego sexual, o mejor dicho, el humor que involucra en el acto partes tan occidentalmente erógenas como las glándulas gónadas y mamarias, no es único de nuestro país, pero la forma en que lo ejercemos en tanto pueblo sí lo es. Unido al sentimiento de ridiculez que causa el acto sexual, están las señales de afecto, desde el beso que causa el grito de la U en la primaria hasta el placer que causa ser cómplices de lo que sucedió en determinada fiesta. Dicen muchos que el albur se está extinguiendo, pero lo que verdaderamente sucede es que la sociedad está cambiando por distintos factores, ya que por lo menos en la población promedio o ideal de México, el machismo es lo que se intenta evaporar en este charco social. Esto implica que la diversión que causaba antes el albur, manejado en tanto acertijos y confusiones de hombre a hombre, vaya tomando una forma distinta de "leyes" en la que se comienza a incluir el albur de mujer a mujer y de hombre a mujer y mujer a hombre, desde un espolvorear el biscocho hasta un jugar al alambrito, eso se nutre, pero ha modificado un principio del albur. Me aventuraría a afirmar que la causa del problema en estos juegos léxicos es el choque entre la conciencia infantil y la conciencia del ciclo de la reproducción. Junto a esto, tenemos todo eso de las conquistas, rebeliones, independencias, tranzas, palizas, invasiones, complots, sistemas de gobierno que nos han moldeado como a los soldaditos de juguete, lástima que ya haya tanto defectuoso; no en el sentido del DF (maldita traición lingüística), sino tantos que no completamos un mismo molde. De esto de los moldes, es otra característica la formación del humor en grupitos sociales, pues aunque no he realizado un trabajo de campo que se pueda documentar al respecto, la gente denominada por mi pueblo como danup (fresas, aunque ya sacaron el sabor durazno) tiene como característica esas cosas verbales como Trágame tierra, Cero que ver, cómprate un centro comercial y piérdete, cómprate un taco y cómetelo o ve a telcel y cómprate un amigo, supongo que hay gente que puede atacar a los danup que generalmente visten de color negro como cuervos o muertos, y también tenemos la tradición ya olvidada de adivinanzas con un sentido relacionado al humor sexual, como la del mango:
Le bajas el calzón y chupas lo de adentro.
Todo esto sin obviar los chistes locales y derrideos que en cada grupito se han formado, como el inolvidable cómete un taco y cómpratelo y el primordial "preferiría no hacerlo por atrás". Cada grupo, así como desarrolla su humor, desarrolla sus propios métodos, leyes y guías de albureo, donde también se pone en juego la paranoia de cada quién, vini, vidi, rici. Sí, con excepción del video, no he atacado a los otros lenguajes y hablado de su forma de ver esto del humor, más allá de decir que es algo distinto. El humor no es universal, sino algo individual, desde ver que un mexicano entendería con risa si dijeran un You are stretching it too long, tenemos que la salchicha y la expresión If you know what I mean, están en esa cultura, sin obviar la también participación de cosas como Suck my rocks, nutcracker, cleanning the rifle, roping the pony, walking the dog o mastering the chief. Unido a esto, hay muchas escenas del cine en las que se ven otras formas humorales. Desde la distancia en el trato, que aumenta o disminuye de acuerdo al pueblo, hasta la forma de actuar, todo define el humor en una cultura. De otros lugares, como japón, no sé mucho por decir, mas se presentan en el anime algunas cosas que tienen que ver con ese tipo de encuentros, como el Maestro Roshi en Dragon ball y la inocencia de Goku en algunas escenas. No sé japonés y por eso no tengo idea, pero con eso del surimi y el sushi que, occidentalmente son signos fálicos, algo debe haber en el lenguaje y que, pese a lo directo que dicen que es la forma de trato, se nos pierde en la traducción. El resto de lo que he visto en anime es más ecchi y en estos momentos no recuerdo alguna escena de humor, aunque se dan algunas clásicas como el descubrir que hay un hombre chaparrito espiando en el baño. Del francés no tengo aún alguna cosa por destacar, pero dado que nos enseñan a distinguir la pronunciación de palabras como bite y vite desde los primeros días, debe haber algo (o si no los conflictos entre lenguas nos lo hacen ver tarde o temprano, como el anuncio de la hamburguesa Burger Bite). Como conclusión, porque ya me enfadé de escribir y ventanear y me medo siento como algún ponente acerca del albur, ahí le dejo, creo que eso de que el albur es único en nuestro país y nos caracteriza es una soberana mentira que nos hacen creer para sentirnos superiores ante el extranjero. Ellos también lo tienen y nosotros tampoco los entendemos. Probablemente solo nuestra picardía es la que nos hace hablar al respecto, pero los otros simplemente lo llaman un chiste malo o para gente grande. No importa, yo seguiré hablando igual. Ahora que, si veo que alguien usa estas reflexiones en algún congreso, encuentro, coloquio, foro, jornada, ensayo, más le vale haber hecho bien su investigación, aunque por otro lado qué flojera tacharlo de plagio y qué tristeza que tengan que zopilotear por hacer un ensayito. Arriba México. Si es de otros países, sé que no es único lo del plagio en los mexicanos, pero con eso de la conciencia nacional, si un argentino quiere problamarse el siguiente Borges tomando mis reflexiones, ya no es mi problema.