21 de julio de 2007

de rerum hipocritiae


Me dirá el lector que a qué viene esta definición y este articulito, pues seguramente se sentirá ofendido o, cuando menos, indigesto debido a que su estómago y lo que ha consumido en los últimos quince días le han hecho olvidar cómo se llora. Ahora le pregunto, lector, si esto no es literatura o yo no lo considero tal, debo llamarle a usted todavía con el título de lector o simplemente con el de decodificador?
No sé quién puede decirle a otro que ha leído a tal persona si ésta, finalmente, no ha escrito nada, sus artículos son a medio llenar, sus errores salen constantemente, sus ideas sólo se reducen a explicaciones de lo que ha leído y sus destellos de creatividad terminan en una redundante y revoltosa tesis que ni siquiera a ellos les interesa para otro objetivo más allá que usarla como un tema de conversación. Y si lo publican, ¿será para llamar la atención?
Favor de dirigir su mirada hacia el hipócrita, señores, el que aparenta decir mucho pero carece de todo, sólo hace letras de blog, no literatura.
Esto no es por alejar la vida del autor y quitarla tanto como se pueda de la obra de arte, por eso la gente no es hipócrita, ya sea si lo hace o no. El objetivo es que no podemos reconocer nuestros pensamientos para siempre, eso es lo que se siente cuando crecemos, será que he llegado al momento en que detesto cómo llamé la atención anteriormente. Y quizá podría seguir, hablar quizá de la construcción de personajes y los errores que se hacen para definirlos más en una secuela, de las reglas a seguir para ganar una discusión antes de que nos tiemble la voz, de las reflexiones sobre la guerra a partir de Cervantes, del juego de dobles que se presenta en ferias y celebraciones como la de los tastuanes, de los medios de conserva en alimentos, de la inutilidad de los aforismos y las citas que se pueden reciclar, de los libros que detestan no ser leídos enteramente, de los cuentos invfantiles y lo que he descubierto sociocítricamente en ellos, en fin.
Sin novedad, pero debemos hacer algo respecto a la hipocresía de los currículos, ¿no creen?

1 comentario:

  1. No, no, no, ni madres, qué... Gracias a la hipocresía en mi ridículum vitae, aquí en estas latitudes denominado eufemísticamente résumé en francés, gracias a mi ridículum, decía yo, logré obtener un trabajo como profesor de español en estas tierras.

    La cosa es emplearla adecuadamente. No es lo mismo decir que se ha dado clases a nivel licenciatura en México que decir que se ha trabajado como especialista en historia en la NASA. En un caso, tu humilde y seguro servidor 9que para efectos del caso supondremos que es quien esto escribe) ha dado clases en la prestigiosa universidad de Guadalajara Lamar, en tanto que en el museo de la NASA me limité a traducir al español el contenido de un folleto para que lo entendiera alguien que no era de mi familia...

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