5 de mayo de 2007

Tetraquironlitaenea

Hay días en que todos amanecemos con la siguiente pregunta entre nuestros pensamientos: ¿Qué pasaría si pudiera cepillarme el pelo, apuntarle a la taza, cepillarme el cabello y rascarme la espalda al mismo tiempo? No mientan, todos lo han pensado por lo menos una vez; bueno, probablemente la parte de apuntarle a la taza no sea más que para el género masculino, pero en más de alguna ocasión las personas se han preguntado qué pasaría si tuvieran cuatro manos. Para comenzar, nuestro cuerpo sería muy distinto y nuestra forma de pensar también aunque todo eso ya sabemos cómo y por qué, no obstante, parece una buena palabra para definir esta acción de suplicarle a los dioses por tener cuatro manos. Y qué otras palabras no pudieran terminar en litaenea...

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