6 de febrero de 2008

Nuel

Y si uno está en reposo, con los ojos cerrados en el lugar oscuro, resulta ridículo hablar de cosas llenas de luz. Hora, nuevamente, de leer los salmos que nunca he leído. Pareciera que las religiones sólo fueran lugares comunes y la gente usara los que más bonitos se escuchan al salir de nuestras bocas. Pero lo que debe importar al ser débil es no ser fuerte y, en el trayecto de buscar el conformismo con su debilidad, evitar el vestir de negro, el sentirse hemo, el sentido nadaista y, valga la contradicción, el suicidio. Qué chido saberme polvo y saber que, al amanecer, la noche habrá quitado distintas flores de cerezos y sólo alguno que las contemple día a día llorará su pérdida

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