8 de enero de 2008

Fetchez la vache!

Como anotación, es necesario decir que a través de los años de la cinematografía siempre es necesario que en una película aparezca una vaca para que el espectador diga "Esta película es buena".
Señores, pese a que la vaca se nos aparece en muchas formas, sobre todo en modo sinecdótico (es decir, la carne de res o la leche o la mantequilla o la piel de las botas o un llavero), la afirmación de una buena o mala película a partir de la existencia de una vaca ha dejado de tener importancia en el cine desde que los productores y directores se dieron cuenta de que pueden, si es que así lo desean, poner de rojo hasta los cabellos de la abuela. Hoy día, la vaca en el cine sólo aparece como una tradición que no debe romperse. En la literatura mexicana, la vaca también aparece en distintos cuentos, pero el caballo, otra figura que simboliza un determinado estatus económico y la potencia del transporte, ha llenado los lugares donde la vaca no aparece. Incluso da la sensación de que la literatura mexicana no puede ni podrá en muchos años apartarse de este elemento animal por culpa de las, perdonen la isotemática, vacas sagradas. Sí, esto es falso, pero a quién le importa. Si estuviera aquí para decir hechos hablaría de cuentos como las vacas de quiviquinta y de los que también presentan este elemento, pero siendo sinceros, al que le importe lo va a investigar. Aclarado esto, el elemento animal que nombro es denominado como tal por el hecho de lo que representaría en la actualidad una vaca en plena ciudad. Pero una verdadera, no como esas estatuas que pintarrajearon los artistas y que en varios casos moldearon para imitar a otras estatuas de la ciudad. En este caso, incluso habría señoras con monedero de piel que le tendrían miedo a esta representación de lo que no podemos separar de nuestra sociedad, un valor primitivo, un canon del que no nos podemos librar ni siquiera usándolo en catapultas, pues, niéguelo el que no, los escritores de esta sociedad siguen teniendo una conexión íntima con el rancho

No hay comentarios.:

Publicar un comentario