14 de abril de 2007

ñam ñam

Recordaba que en aquella época tenía contemplados a los cubanos como seres caníbales por el hecho de que en algún lugar me dijeron que es probable que el ser humano evolucionaría en su pensamiento si comiera carne humana. Y Parece que algo nos prohibe ser tan malditos. Golpea aquí la imagen de las acuarianas que se muerden los dedos y nudillos hasta sangrar. La culpa es del que dice que, cuando queremos callar a otros, lo que hacemos es callarnos a nosotros, así que, cuando alguien se suicida una razón podría ser porque no pudo matar a la otra persona. Métanse aquí los ejemplos de quienes matan primero a sus hijos y cercanos y posteriormente sienten que no es necesario quitarse la vida. ¿Y si las acuarianas hicieran eso para evitar morder a los otros?
por que uh ñam-ñam sin tu amor ñam-ñam, y sin ti ñam-ñam...
En fin, por favor no me llamen anticubanista por andar diciendo son caníbales a mi parecer, recuerden que el autor de este blog es un hombre sincero de donde crece la milpa y, aunque estoy lejos de probar ñamé o chiricuchiri, no creo que sea mi intención burlarme de una cultura distinta al momento de decir: Ay mama Iné, ay mama Iné, todo lo negro tomamo café o al andar derrideando: Dos meninges para ti, con ellas quiero decir. Entonces, ¿por qué ñam-ñam esta entrada? Leí la ponencia del señor Jandro antes de que la leyera en Querétaro, algo antes, cuando me interesaba por la importancia de cada soliloquio y buscaba una explicación de por qué los adolescentes tienden a utilizar muchos puntos suspensivos. Y de ahí llegué a mi casa a cenar y me llegó aquella pedrada que pensaba poner en aquel entonces en el blog, como idea prima o tercera: Es una onomatopeya como puede haber muchas, como Twist, Shout, Montjoie, plick, tic-tac tic, todas aquellas que tienen un sentido que auyenta las palabras por algo más auditivo, pero Jandro lo hizo ver como un signo que se puede interpretar como una ausencia de sentido y sonido mental, es sólo para completar un ritmo, y su silencio implica más. Y en relativo me llega aquel poema, también cubano, que dice:
A los pies de la pareja el niño duerme. Ella quisiera gritar que ya se viene, él quisiera gritar que ya se viene. Pero el niño duerme. Es por eso que el beso que se dan, más que beso, mordaza. (Nogueras, "Poemas eróticos" 20)
Y aquí está esa obsesión por los sonidos, la aliteración de la [s] que se da al final y el silencio que le implica el gritar a estos personajes. Y no se habla más que de espacio y sonidos. Y ya no hay nada por masticar en mi boca, he terminado de cenar, sin jugar al ñam-ñam con mi comida, guardando en el refrigerador lo que queda y no recuerdo qué había sido. Acababa de entregar un trabajo sobre Palés Matos el día anterior acerca de la sombre blanca que tiene ñeque y todo estaba cerca de terminar por unos momentos, se termina todo para escapar a Querétaro, en un camión que, si tenemos suerte, hará ñam-ñam... Fuente citada: Nogueras, Luis Rogelio (2002) "Poemas eróticos" en Souza, Jorge. Heridos por la luz. Muestra de poesía cubana contemporánea, México: Universidad de Guadalajara, pp. 20-23

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