26 de mayo de 2007
Datos extraños.
Ustedes lo saben, todos saben que los discursos tienden a conservarse en la sociedad y es por culpa de éstos y no de los horóscopos y otras jaladas que la gente se es afín. Los que escriben o fingen escribir pronuncian sus propios llamados y, a partir de estos, se identifican con determinado grupo. Lo mismo sucede en otros lugares, doctores, barrenderos, albañiles, todos se acomodan a los discursos de cada grupo y es en ese entonces cuando la plática se vuelve ritual.
Por eso me gusta cambiar de costumbres de vez en cuando, aparecerme o no aparecerme a veces en determinados lugares o visitar a los que ya casi nunca veo. Sólo así los discursos circulan, así dejo de hablar y pensar con lo mismo. Así logro olvidar más discusiones estúpidas. Enlistaré las dos más recientes o las que me acaba de recordar un buen vaso de agua.
La primera discusión giró en torno a una cucaracha, pero no así, a secas, sino con una persona (mejor dicho, poersona). Detesto hablar de casos particulares, pero creo que alguien que huye de una cucaracha tiene grandes problemas y debería solucionarlos, sobre todo si no es un genio.
La segunda tiene que ver con el medio de transporte, el Pretren, que parece haber disgustado a muchos porque es tan lento y asaltable que cualquier otro medio de transporte en esa avenida. Lo que me hace recordar a esa ocasión, es que hace un poco de rato mi hermano, que trajo visita a la casa, me gritó, antes de subir la escalera, si es que andaba en calzones. Mi respuesta fue la que todos se imaginan: "No, pero puedo ponérmelos". Nada que ver, de no ser que alguien habló de que no hacían un túnel hacia el poniente porque temían que, al desconocer todo el mundo la infraestructura de aquellas calles por donde debe hacerse el túnel (cables, tubos y otros nudos que tienden a atraer a masoquistas), sucediera lo mismo que el 22 de abril. Unos diez años más y, si no explota nada, la sociedad de estos rumbos se volverá más estable con ese miedo que se tiene a las explosiones. Simplemente, si la gente vive en riesgo o no riesgo y se muere, ya le tocaba. Si no quieren que suceda lo del día 22 de abril, que no trabajen ese día y listo. Hay algunas desventajas que se suplen con comodidades de aire acondicionado y otras caracxterísticas que lo hacen ver como un Mc donalds en movimiento, con la excepción de que no se puede comer ni beber nada adentro de ese transporte. La ventaja es que generalmente quienes usan el transporte son gentes que frecuentan o visitan los centros comerciales, así que, lector, si usted es de los que gustan de ver la carne en molde, use ese medio, aunque eso haría que comenzara a verse gente fea en esos camiones. cada quién, pues.
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