La desdicadita

Mi estimada señora Cervantes cuyos besos deseo interminables o ineludiblemente narizgoneros: El comité editorial de este su blog se encontró con un gran dilema al leer su comentario que, además de enviar, publicó en nuestra ya tan profanada atmósfera sin miramientos de edad, color de piel, tamaño de cinturita, número de vueltas que una llanta da antes de reventar en un bache o siquiera una calificación inferior a noventa pero declarable como la mejor del grupo, olvida de qué está hablando. El chiste es que su entrada, dirigida solo a usted que tolera todo o mucho, sería muy difícil de preparar, pues de chistes locales uno no se logra entender nunca en un blog como éste y la debilidad a usted le importa un cuerno. Y como somos poetas y un par o trío o quaderna via de poetas... Por mujeres como tú, hay hombres como yo, que se pueden morir por dignidad mordiendo el corazón En adición a esto, cabe decir que este blog está deseando atraer comentarios y usted amenaza con sacar la lengua a todo aquel que comente en la entrada dedicada a usted, por lo que, nuevamente, de intelectualoide a intelectualoide, de arrebasador a Virguensteriano, tememos decirle que su entrada será negada hasta que aclaremos a qué se refiere con esclusivamente.