25 de junio de 2008

camiones

Me gustan las madrugadas en que uno debe subir al camión: todo es nuevo, Guadalajara huele a recién creada, los pasajeros que van sentados dormitan y sólo los despierta el destello de una sirena de policía o el olorcito a jabón que llega, como brisa, de la niña bonita que va temprano a la escuela.

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