8 de octubre de 2008

decía yo que iba

a comenzar con la idea tan grande de dar lectura o formato a mis pensamientos sobre el seminario cuando de pronto un ser mítico que yo conozco como Cervantes y que en sueños de piñatas imagino cual una dulcinea del paseo diligencias me dijo que hacía algo de tiempo que no le dedicaba algo en este sitio y que para cuando y que mucho y inmediatamente me burló en la cara porque no uso la conjunción e y ignorante yo de seso le pedí que me explicara pero entonces vi que ella se sentó en la jalea y de tan solo pensar en la jalea... Bueno, total que esa Cervantes bajo mi brazo me quiere gobernar como los Chai a los estómagos mexicanos, y yo para que me calle con un beso le digo la corriente. Y sí, escribí digo y no sigo, del verbo seguir. No es que yo hubiera descubierto el error en mi escrito, sino que reconozco mi error en llamarla "la corriente", pues de esos errores sí estoy acostumbrado a cometer.

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