11 de agosto de 2006

Recordando a la sangre zodiacal

Si estuviera escrito que los libra deben cuidarse determinado día de tener un accidente de tráfico, y la astrología fuera realmente algo creíble, tendriamos un gran número de accidentes. Soy Capricornio, según algunas revistas y algunos amigos, es un signo mediocre que por más que lo intente nunca va a entender muchas indirectas. Actualmente dudo que ese sea mi caso, pero quizá, en alguna reunión en la casa de una amiga hace dos años, pudo ser así. No recuerdo la razón por la que fue la reunión, pero era época de días fríos e Ivette había mojado su suéter y la anfitriona le ayudó a exprimirlo y colgarlo en el patio trasero, donde todavía daba algo de sol, para que se secara. La reunión se alargó como a eso de las ocho y media de la noche y entonces fue el toque de retirada. Ayudé a llevar los platos a la cocina, que era la única ruta de acceso al patio donde estaba colgado el suéter de Ivette, quien pasó cerca de mí, me dio una nalgada y salió a buscar su suéter a aquél patio donde la noche había comenzado a calentar su suéter . Recuerdo que dijo que estaba oscuro y me llamó desde aquél punto, a un cuarto de distancia. Caminé hacia allá porque era posible que realmente no se viera nada, porque dijo, aunque en tono algo lúdico, que no lo hallaba. En fin, de la cocina pasé al cuarto de la lavadora y el lavadero y caminé hacia la otra puerta, Ivette volvió a llamar y yo, algo atraído por la oscuridad de aquel patio, iba a entrar, pero, antes, palpé en el marco de la puerta el interruptor y lo presioné. Ivette estaba recargada en la pared más lejana de la puerta y se me quedó viendo raro. Yo señalé el suéter y le dije que ahí estaba y salí del lugar. Una semana después, comprendí las intenciones de Ivette hasta que ella me lo dijo... Ni puta idea de qué decía mi signo zodiacal en ese día, pero eso de no captar indirectas puede ser medio malo...

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