24 de agosto de 2007

2. El nombre de mi idiotez eres tú


Ya sé que no responder es como responder que no quise responder, pero entonces me respondo a mi respuesta sin responderles a ustedes. Por si no me entendieron, sólo piensen que esto va dedicado, no sé a quién, pero luego se darán cuenta con las primeras oraciones que sigan a esto.
Y abrí los ojos y vi que en la misma cueva no estoy solo. Algunos siguen, como seres traumados, en posición fetal llamando nombres que alguna vez han de significar para algunos, y otros ya han dejado de nombrarlos. Y luego que desde otra cueva escucho acerca de que la posición ideal de un caballero como yo no responde en su entereza a la del chivito al precipicio. Vaya Risa. ¿Es ahora cuando debo preguntarme que puedo amedrentar de responsabilidades a otros seres con poder sobre mí, pero cuál es mi nombre?
Ahora que ya abrí con esto del nombre, ¿qué demonios puede significarnos en la sociocítrica?
bueno, ya me he de haber saltado miles de cursos, y pasitos de bebé, pero les digo que los de Jalisco primero lanzamos la piedra y después intentamos poner algo para que la piedra no caiga en vano, así que continuaré con el nombre siendo analizado en una credencial.
¿Será eso una manifestación humana? vean en la mayoría de las credenciales que lo que más destaca es el sentido de pertenencia a un grupo, ya sea un videocentro o lo que nos indica que ya podemos usar una máquina grande llamada auto a nuestro placer y conveniencia porque conocemos una parte de las leyes de tráfico. Así mismo tenemos la otra que nos dice que ya podemos votar o, en su defecto, que ya tenemos pelos en donde se debe para que dejemos de hacer niñadas. Pertenencia, pues.
Pero esta pertenencia nos la dibujan bonito, como esa de pertenecer al club chivas o leones negros o al américa, porque según eso se nos dan los privilegios que marca la cosa esa y nos hacen que el descuentito aquí y allá, pero en la credencial el nombre es lo de menos, pues lo que importa para tal uso de ofertas es que uno esté bajo las leyes de aquello que representa la tarjeta. Ergo, el nombre no importa mucho.
¿dónde importa el nombre o cuándo importa el nombre?
La verdad es que ahí se ve una confrontación de identidad, ¿para qué personas les importaría si yo soy Manuel Romero o Ivan Cruz? ¿hasta qué punto? ¿soy o hago, pues? mejor dicho, debo hacer y manifestarme socialmente ante otros o de lo contrario sólo seré un tipo con credencial del IFE y una suscripción al videocentro. no soy a no ser que haga, sólo le importaré a un niño si le meto el pie cuando corre, en caso contrario ni siquiera me verá, pero un grito de este tipo, de los que tumban niños, a quién le interesa? no sé, entonces, por qué me dieron un nombre y nos siguen dando un nombre si nuestra identidad como individuo sólo se garantiza cuando se hace algo que cambia a la sociedad?
cuidado, hacienda, que se les revela el ROHN4511130...
en fin, ya no es importante mi nombre, sólo TAKE ME OUT TO THE BALL GAME...
Take me out to the crowd.

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