
Qué bonito es volver a clases, verdá e mí...
Ahora hay un bebedero para ganado que hace las veces de mingitorio. No me quejaría si los señores de la martillada y embarrada de cemento los hubieran puesto bien y, tal como se supone lo indican las molduras y el diseño del mueble metálico, se fuera la orina por el drenaje tal y como sucedía con los anteriores. Pero tal y como sucede, la orina se acumula y, señoras, hay un bebedero para ganado, aunque dudo que el ganado se digne a oír eso. Por o menos en los baños de historia respetaron la altura promedio de los estudiantes. Ya en filosofía sí les quedaron suficientemente altos como para haber visto a varios usuarios haciendo sus necesidades de puntitas. En letras no he visto todavía, pero ojalá y el ahorro que estén haciendo tanto de agua como de electricidad a partir de la implementación de ese bebedero lo utilicen (hasta me río de mi utopía) en apoyo para alumnos, ya sea económico como para ir a congresos y similares o material, como reponer todos los libros que aparecen en el REBI pero no están verdaderamente en las repisas.

Si en filosofía no alcanzan a mear a gusto, la respuesta debe ser evidente: hay mucho pinche filósofo que no está a la altura de las exigencias de su profesión...
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