16 de junio de 2007

Al fin...

Después de salir por una caseta errónea , regresarnos y calmar la histeria que causa un error de tal vuelo en la mente materna que piensa siempre en la posibilidad de ser considerados impuntuales e irresponsables, volvimos a entrar a la caseta después de preguntarle direcciones a un señor montado en burro, un gurú (¿o burrú?) de las higways...
I think my baby loves me
she knows this highway too
when she needs to ramble
nothing else there would do
(What do you think, Cholita?)

¿Qué te parece, cholita?
¿Qué te parece?
¿Qué te parece, cholita?
¿Qué te parece?
La música del automóvil no tiene nada en relación con la canción que acabo de poner, pero, como ya no recuerdo de qué trataban las canciones pop y reguetoneras que sonaron por casi dos horas y media, pongo esa letra de la canción ¿qué te parece Cholita? de Charlie Musselwhite y el Cuarteto Patria. Seguí tomando fotos e investigando las otras funciones de mi cámara de celular, que no tienen mucho de presumibles.
Antes de entrar al territorio vi un señalamiento que decía Arandas originalmente, pero que alguien había adulterado (extraña palabra para hablar del viaje hacia una de las ciudades-pueblos que son famosas por sus compañías de tequila) el letrero de forma que todos pudieran leer la palabra PARRANDAS. Hubo después un poco de topes en un pueblo anterior llamado algo así como Capilla de la Santa Señora del Chapopote o algo menos lúdico; sólo recuerdo los topes, si eso me condena, ya qué.
Llegamos a ese lugar por la avenida principal o, por lo menos, por la avenida que lleva al templo. Pero antes sucedió un evento que nomás nombro porque, como ya se lo he contado hasta a Cervantes, no veo por qué no contárselo a todos los que lo desconozcan, aunque me salga del tema principal.
Sé que muchas de las generaciones que me preceden tienen un problema de entendimiento con la tecnología, algunas pudieron descifrar el uso del teléfono después de que despidieron a las señoritas "Calixta la telefonista" y sus voces de chicle (¿y yo por qué sé de eso?), ahora se debían aprender números y hacerlos girar en un disco, y de ahí al tablero de calculadora... hubiera sido genial que hicieran calculadoras de disquito, digo yo que así a todos les daría flojera usarlas y desarrollarían sus habilidades matemáticas con más ánimo.
El chiste es que, si bien muchas personas saben usar un celular, está la generación que no jugó ni siquiera al atari y se le dificulta aprender a mover las flechitas y otras cosas en un área tan abstracta, hermética y limitada como la pantallita de un celular, entre ellas, mi madre, quien marcó a si hijo Manuel que iba en el mismo auto que ella en lugar de marcarle a su hermano Manuel que era con quien íbamos. Así las cosas, me sorprendieron varias cosas del lugar, como que ya tienen semáforos y generalmente respetan el uno y uno en el tráfico, pero eso debe ir ya en otra entrada

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