4 de junio de 2007

Ya sé. creo

Por si les interesa saber, no tengo muchos argumentos en contra de una persona como para odiarla, saben ustedes que yo detesto los tratos especiales y, sobre todo, si es que yo los causo, así que no mencionaré mucho de mis observaciones en la presentación del espectáculo poético en la Casa Museo López Portillo. Simplemente diré que la lengua de oro se llevó la noche, no hay más por decir, pues el micrófono y la situación acústica no ayudaron a la lectura. dos horas. y listo.
Cantando en el baño me acuerdo mucho de ti Cantando en el baño me acuerdo mucho de ti no sé por qué ha de ser allí no sé por qué ha de ser allí allí allí allí y es que cuando me baño y es que pues yo me sobo y es que pues yo me acuerdo y es que te quiero mucho
Recuerdo, por instantes, que sentí al movimiento infrahuevón como si quisiera involucrarse en la organización del espectáculo, queriendo quitar algunos errores, les quedó todavía un aire de organizadores. Errores que eran previsibles, pero realmente no nos correspondían. A ver cómo se hace la siguiente organización de eventos. Pero no hay mucho por contar de la mala actuación de unos y otros, así que les voy a contar en las próximas entradas acerca de otro miniviaje sucedido anteriormente, que me va a dar material para una entrada mínimo. Tin-Tan no me resulta gracioso... Sé que no puedo comenzar el relato con algo interesante porque estaría mintiendo y mi vida no da para cosas interesantes. a ver qué sale, pero primero debo hacer tareas

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