15 de junio de 2007

Ya me acordé...

Sí, recuerdo que el camino fue verdaderamente aburrido, estaba medio oscuro y veníamos escuchando las canciones que la novia de mi hermano había seleccionado. Muchas que quizá había escuchado anteriormente pero desconocia tanto la letra como el nombre. Y entre ésas estaba la que nos dijo una maestra que le dijeron unos alumnos que decía:

Hay una cosa que yo no te he dicho aún
que mis problemas sabes que se llaman tú
sólo por eso tú me besas en el duro
para sentirme un poquito más seguro
Pues yo seguí ahí, con el juego, idiota o de niño con juguete nuevo, de sacar fotos del camino, de ver los sembradíos de magueyes y los vacales que vagan por ahí, con bultos que asemejan vacas echadas.
Y me detenía en cada momento pensando que no me convierto en sal al voltear hacia atrás porque no soy mujer o porque simplemente mi ciudad guadalajarita, que le ha puesto luces de disco a la zona cercana a la Catedral, casi una nueva Gomorra por artes de la iglesia y del gobierno, no merece ser destruida todavía porque entre todo ese corral de ganado hay algunos que regatearon a Dios nuevamente. En las pendejadas que se pone a pensar uno cuando viaja...
Cierto, el viaje, cuando no se canta, se vuelve monótono, soporífero, tan entretenido como leer por siete horas el mismo letrerito: NO FUMAR, que alterna con el de VELOCIDAD MÁXIMA 75 KMPH. Pero ahora es un poco distinto, no es de noche y atravesamos sembradíos y otras cosas de las que ya había olvidado sus movimientos y su aroma casi dulce; quise abrir la ventana pero los del auto me dijeron que la cerrara porque tenían frío. Sólo pude tener unos minutos de aire menos contaminado...
...y te me vas de esta historia entre tus dedos

Y de ahí vino la duda del gerundio, que dicen que indica pobreza mental cuando no se sabe utilizar, que hay que saber usarlo, pero a mí me gusta eso en mis escritos, el delirio que se permite el idiota cuando debe hablar seriamente. Y si en este sitio revisara cada gerundio, ¿qué sucedería, qué regla es la que sigo? Lo seguiré usando a ver cuándo me lo explica alguien bondadoso "defendiendo" los derechos y obligaciones gramaticales de la langue:
Perdí el tiempo de ahí a un rato viendo las distintas facetas de la carretera, perdiendo la memoria en cada señal de tráfico, como si fueran una flor infernal de la que tenga que recordar la vida anterior, quizá aquella en que yo vivía en Guadalajara, pero, maldita sea la suerte, o en palabras de ese al que acabo de referenciar (digo, por si no me siguen el hilo del cliché):

Of asphodel, that greeny flower,

like a buttercup

upon its branching stem-

save that it's green and wooden-

I come, my sweet,

to sing to you.

Pero todo se vuelve vano, recuerdos de pasillos, pilares, escaleras, paredes y sombras de árboles, cosas que son peor que una flor, qué clase de formas buscaremos recordar? ¿habrá valido la pena recordar un pilar de cantera gris o rosada?
bueno. ¿hay alguien ahi?
¿hay alguien en el mundo
que quiera hablar conmigo a estas horas?
Y los recuerdos llegan, de aquel que me reclama sobre el número trescientos que me contó una historia que remite, de forma indirecta, a la siguiente indicación vial:
CON LLUVIA EXTREMAR PRECAUCIONES
Y otras, en que debo revisar la temperatura y leerla, diciendo que la línea medidora está en la mitad del transcurso entre la primera línea segmental y la tercera, de izquierda a derecha. Se trata de hacer complicada la lectura a los que no saben de radiadores por andar a pie o en Bocho. ¿Ya mero llegamos?

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