28 de mayo de 2009

Peri Xenilia

Es extraño mirar a un extranjero: desconfías mucho de uno y otro porque pueden vender un libro por su acento o su contenido pronunciado en ese acento. Pero aquí y ahora la cuestión es otra. Estaba yo en la nueva pendeja, es decir, en mi trabajo; hablaba en el receso con un extranjero que en repetidas ocasiones se enojaba de que otros extranjeros pertenecientes a otro país cercano al suyo habían invadido su nación y causaron más daño y matanza o tanto como el que hizo otro país importante de la guerra mundial segunda en Auschwitz. Entonces, un extranjero de Japón sintió excesos de amabilidad con este extranjero coreano y lo abrazó para preguntarle algo que no entendí aunque estaba hablando en español. Ya lo repitió y preguntaba sobre el viernes y algo de una fiesta, a lo que el coreano dijo que no. Acto siguiente, el extranjero japonés sale hacia el baño. El coreano hace buen uso del condicional para decir que el otro extranjero no debería hablar con esa confianza por lo que hizo su país. Yo solamente opiné que no había que culpar a uno por el crimen del pasado y él simplemente dijo que era cierto pero eso no les da derecho de tratarlos como amigos. Sorbió un moco de forma agresiva y lanzó un grito de inconformidad, algo atemorizante. En sus ojos se dibujó un poco de coraje o malestar físico y apretó los puños. Dijo: -- Permiso, debo ir a limpiar mi país. Y aflojó un poco los puños, movió su cabeza a la izquierda un poco para que tronara y se dirigió corriendo al baño. Bueno, a paso acelerado. Sin duda quería agarrar al japonés antes de que saliera. Tuve que ir tras él, sólo para evitar que hubiera un enfrentamiento, ya que uno sólo era diseñador gráfico y el coreano acababa salir del servicio militar obligatorio de su país. Pero cuando iba a entrar escuché un sonido brusco, seco y fuerte que me detuvo. El coreano quiso decir nariz, no país.

25 de mayo de 2009

Reflections of me in your eyes

Un momento, ¿es en serio? ¿de veras? Yo pensé que en una de esas clases que no sirven para nada el maestro andaba medio echado a andar o deseoso de una de pingüino cuando mencionó que los olores eran propios del ser humano y que los perfumes nos estandarizaban, blah blah blah, y que uno huele a sexo cuando uno tuvo sexo, como uno huele a alcohol o coca-cola o a Gansito cuando toma, bebe o ingiere tales. Total que en el camión se subieron dos borrachitos que luego se pusieron a cantar para sacar dinero y luego se bajaron. Y luego se subió un grupo de personas que gustan o no se enfadan de usar el transporte público, personas que pagaron sendoa transportes. Una de estas personas era una niña de secundaria de esas que tienden a levantar sus faldas un centímetro más de lo permitido en los uniformes y que, a no ser que me equivoque, olía a sudor y a movimientos acelerados. Lo más extraño es que en mi reloj no pasaba de las dos y diez, o sea que acababa de salir de la secundaria. Y ella intentaba disimular cuando verificaba su olor. Fingía una comezón en la nariz, misma que intentaba quitar con diferentes partes de su cuerpo, como un dedo u el otro y la muñeca y el antebrazo y los hombros, hasta que un alma caritativa que ya se iba a bajar se bajó y ella tomó su lugar. Entonces, cerró sus ojos, entró en ella el demonio de la lengua y se besó la mano para humedecerla, la pasó por su cuello y mejilla y realizó después un discreto lengüetazo. Algunas otra mujeres de ahí del camión le guardaron complicidad. Y una venerable anciana, que no dejaba de inspeccionarla como si fuera su nuera y su hijo estuviera cruzando de ilegal alguna frontera, arrugaba la nariz de vez en cuando. Can you feel my eyes on you? I'm shy and turn...

23 de mayo de 2009

Eso, cabronas

Cada quién educa a sus hijos como puede, y los obliga a lo que se puede y a lo que es más importante, esperamos, para la famiia y no para el padre. Tal es el caso de muchos padres que al final del día les compran un churro a sus hijos. Bajé yo de un auto que me avienta de vez en cuando y, de pronto, un señor con finta de trabajar en el arduo trabajo campestre cargaba un costal de herramientas y era seguido por dos niñas cuyas edades no habrían de pasar los ocho años. Iba rápido pero se detuvo y les dijo a las niñas que si querían un churro, a lo cual las niñas dijeron que sí y el hombre sacó del bolsillo para comprarles un churro con cajeta. Acto siguiente, les dijo: eso, cabronas, es su recompensa porque hoy trabajaron, ¿eh, culeras? Pa' que luego no anden mamando con su jefa de que se portan de la chingada, hoy trabajaron mucho y si trabajan todos las van a querer, culeras. Culeras más, cabronas menos, eso dijo el señor a sus hijos. Otras mujeres y otros niños hubieran llorado o se hubieran indignado por tales palabras, pero ellas le ofrecieron de su churro a su papá, quien dijo: orita no, eso es para ustedes, ya que llégueno me tomo un alcoholito y a dormir. Parecería un estereotipo tal conversación, pero hay muchas cuestiones a rescatar de esto. Primero, las está educando para ser trabajadoras y mal habladas y a comer poco antes de dormir. Segundo, las enseña a comer churros en la nochey que, si siguen siendo culeras con su mamá, les van a dar más premios . Tercero, la forma de actuar de las niñas ante una ofensa es muy pacífica, sumisa. A lo mejor van a buscar luego un esposo que les diga de cosotas y que de pendejas no las baje. En el cruce de culturas está el problema: mientras una piensa que es amor, el otro piensa que es sumisión. Lamentablemente, no hay una verdadera forma de ver cómo termina esto

22 de mayo de 2009

Física Moderna: la tortura perfecta

En estos día estuve viendo una palabra que se llama resistividad, la cual pueden usar tanto para un carrito a control remoto con velocidades como para encontrar petróleo a partir de radiaciones y receptores de papel corrugado. La cosa que me llama la atención es que, mientras menos de esa cosa tiene una sustancia, mayor es la fuerza con que la electricidad puede hacer estragos. Por eso, los resultados van a ser diferentes si hay un humano en una tina con petróleo, otro en una tina con agua destilada, otro en una tina con agua corriente, otro en una tina con plata líquida, y yo dejo caer sendas planchas del mismo modelo y conectadas a la electricidad, la reacción eléctrica es más fuerte en la plata líquida. No obstante, seguramente el ser humano ya habría muerto por la temperatura que requiere la plata para ser líquida. Entre el agua destilada y la corriente, obviamente es mejor la corriente porque tiene medicina antidengue y un poco de cloro, además de electrolitos y otras cosas que se pierden al sudar; y sin duda es más económico. Pero es interesante observar que la tortura perfecta es la del petróleo, pues el hombrecito estará sintiéndose un poco contaminado por cosas como plomo y cosa y media, además de lubricado en partes donde el agua generalmente no entra por viscosidad y pudor. Después de eso, sugerencia de alguien que a veces me escucha y a veces me da el avión, la plancha caliente puede servir para torturar con golpes y quemaduras al tipo antes de electrocutarlo. Antes de electrocutarlo, hay que tomar en cuenta que la electricidad produce calor y, por tanto, a veces produce chispas y, por tanto, enciende el petróleo y, por tanto, necesitamos protegernos porque dicho material puede flamear más de lo que pensábamos, incluso explotar si se hace en un baño cerrado y pequeño. La tortura perfecta es aquella que mata al individuo con dolor, no la que lo lastima para que diga o confiese algo. Eso es bajo.

21 de mayo de 2009

Existencialismo

Camus escribe su novela el Extranjero de una forma narrativa que sólo puede entenderse un poco más con la poética de su Sísifo. Se olvida el pasado y el futuro. Todo se hace una experiencia nueva carente de pasado aunque éste sea un requerimiento social: ve lo bueno y malo de sus acciones en la mirada de los otros, pero en él no puede nacer un sentido de culpa, sólo una respuesta de acuerdo con lo que otros esperan que se diga al respecto. No es importante hacer o decidir, sino solamente estar en el mundo cual barco ebrio, con pedos eventuales y a veces las ganas de rascarse la cola. Antew tal espectativa de narración, todo lo sucedido es un hecho nuevo, maravilloso, como un corte de cabello o un olor de cloro, o como una propuesta de matrimonio. Eso involucra no pensar en el futuro y poder gastar como existencialista.

20 de mayo de 2009

De dónde ha quedado la felicidad.

What might have been is an abstraction, Remaining a perpetual possibility Only in a world of speculation - T. S. Eliott. No se descubre lo absurdo sin sentirse tentado de hacer un manual de felicidad. - Albert Camus
Las didascalias de las obras de teatro dicen, entre otras cosas, qué posiciones, emociones, gestos y actos deben realizar los personajes. Es así que el espectador puede observar en una representación teatral las caídas, los golpes y otros movimientos similares a los de su vida, y terminar por demostrar su conocimiento en una carcajada; esto quizá después de que tuvo una reflexión concienzuda o simplemente porque se ve rodeado de gente que ríe. Cuando salimos del teatro, vemos que las didascalias desaparecen de la misma forma en que la música desaparecería de un salón de baile y quedamos estáticos, buscando acomodarnos de nuevo en el espacio donde sentíamos que estaba la felicidad. Quizá ahora que reconocemos nuestra tristeza involuntaria, vemos que nuestra vida necesita de una didascalia que nos señale aquellos momentos cuando debemos sentirnos felices. Albert Camus, en El mito de Sísifo, menciona que “Hay que imaginarse a Sísifo feliz”(1999,160), pero la felicidad de este personaje ante la tarea eterna e inútil de subir una roca para después caer y volver a subirla termina dependiendo de cómo el lector interpreta esta didascalia de la felicidad. El problema de buscar definir la felicidad de Sísifo es complicado si tomamos en cuenta que, sin música, ni teatro, lo que nos queda para encontrar la felicidad es un mundo terrible donde nos rechazan los transvales y nadie sonríe. Tal vez la felicidad no sea posible de alcanzar en nuestra vida diaria y, por eso, debemos escapar de ella. Menciona Giovanni Papini en El hombre que no pudo ser emperador:
[…]vilísimo lector, pobre diablo delgaducho que estás aquí leyendo páginas, escuchando los latidos de la vida de otro, porque no sabes realizar actos, porque no sabes vivir por tu cuenta.[…]tú recorres con los ojos estos signos y tu almita sonríe o lloriquea, ve o entrevé, según los signos despierten a la fuerza tus imágenes soñolientas. (1971,119)
El instinto del ser humano siempre será este estar en los mundos de otros para, posteriormente, formar otro mundo u otra perspectiva en donde se puedan poner las didascalias y descripciones que les plazca y todo suceda tal como lo escriben. Ezra Pound, en El clavado, exclama: “Cómo quisiera bañarme en extrañeza: / Estas comodidades sobre mí amontonadas me ahogan! / Me quemo, ardo en deseos de lo nuevo[…]”(1976,23). Es, para este autor, como si aquello que se puede llamar felicidad radicara en escapar de lo que lo rodea para dirigirse hacia aquello que él desconoce; eso sí, la condición de dicho escape es tener a un lado a su amada, pero también es una búsqueda por ya no estar ahí, donde se pueda ver y hablar de la tristeza y la felicidad de siempre. El escape de Pound de esa vida común se puede justificar también en Retrato de una dama: “Ideas, chismes viejos, toda clase de retazos,[…]Datos que no llevan a ninguna parte; una anécdota o dos / Preñada de mandrágoras, algo / Que podría resultar útil, pero nunca usamos, / Que nunca embona en ningún lado, / Ni encuentra su acomodo en la trama de los días[…]” (1976,35). El escape, además de ser un ánimo de buscar nuevas felicidades, es un intento por deshacernos de aquella conciencia de que poseemos conocimientos que sólo mortifican y, por ende, imposibilitan alcanzar la felicidad. Contraria a esta idea de felicidad inalcanzable, está la felicidad resignada de Sísifo. Para que la concepción de la felicidad de Sísifo no se desvíe, Camus (1999) nos dice que Sísifo es feliz cuando reconoce que su mundo será el subir su roca y no el recordar lo que tenía antes de sufrir esa condena, es decir, la felicidad de Sísifo es posible sólo si todo lo que él es está puesto completamente en la actividad del presente, sin recuerdos, ni esperanzas, ni sueños. Hay otros pensamientos que surgen en lo que respecta a considerar las posibles consecuencias de buscar la felicidad, como los versos de T. S. Eliott: “Me atreveré / A perturbar al universo? / En un minuto hay tiempo / Para decisiones y revisiones que un minuto revocará”(1996,15). Ante esta visión de un mundo con personajes libres de didascalias donde también hay conciencia de que se pueden controlar todas las acciones que uno realiza, la felicidad radicaría en tener que desconocer el concepto de universo, ser tan ignorante y abarcarlo todo neciamente al punto de poder decir que se conocen todas las piedras y decir que todo está bien. Sísifo es feliz porque se nos ha pedido que lo veamos así, porque vive bajo la máxima: “Juzgo que todo está bien”(Camus,1999:159), pero la felicidad que obtiene al saberse dueño de su destino implica estar convencido de que no hay otra forma de apreciar al mundo que no sea por medio del presente. La felicidad de Sísifo, entonces, no conoce sueños, ni recuerdos, ni dioses, ni futuro; en la contemplación del presente no pueden existir más que apreciaciones simples y carentes de metáforas. Una espada será sólo una espada y la roca que él levanta sólo es la roca que él levanta, pero esta vida carente de adjetivos y extrapolaciones no es triste para él porque lo que él sabe es que todo está bien. Como conclusión, se ha intentado definir a la felicidad como el ideal que en algunas ocasiones pudieron alcanzar los seres humanos, desde la perfección de un nuevo pasito de baile hasta un reforzamiento de las formas poéticas, pero en muchos autores es más fácil notar que intentan decir que la tristeza está más al alcance, no sólo del público en general, sino de la humanidad. Quizá tomando la idea de Camus acerca de que lo absurdo y la felicidad guardan una relación estrecha, lo racional y la tristeza también guardan una. Bibliografía: Camus, Albert (1999). “El mito de Sísifo” en El mito de Sísifo, Madrid:Alianza, pp. 155-160. Eliott, T.S. (1999). “La canción de amor de J. Alfred Prufrock” en La canción de amor… Los hombres huecos, México: U.A.M., pp. 8-23. Papini, Giovanni (1971). “El hombre que no pudo ser emperador” en Palabras y sangre, España:Plaza & Janes. Pp. 118-122. Pound, Ezra(1976). en Seis poetas de lengua inglesa. México:SEP Setentas, pp.23 y 35.

19 de mayo de 2009

Derechos de los animales

Creo que en México hay algo extraño: nadie se queja ni aunque le depositen una cepa nueva a fuerza de algún otro país que quiere enfocar el ingreso de capital mundial a los laboratorios. México, ahora con esta jalada, sólo tiene una maquinita que hace tests como los de embarazo pero para un virus nada más. Y posiblemente, como otros equipos en los hospitales, sólo sea rentado y luego lo van a devolver como maquinita de karaoke. Ya que estamos tan jodidos y el gobierno puede hacer lo que quiera con nosotros, yo propondría a los diputados que, para impulsar la investigación en México, haga un laboratorio que llame atenco o algo similar. El objetivo de ése será formar un equipo de investigadores contra el cáncer o el diabetes o alguna de esas coas que mata a muchos y permitir, bajo legislación, el uso de un ser humano por quincena para su experimentación en el laboratorio, plazo que puede disminuirse si se muestran algunos resultados o investigaciones. El problema de ésto es la ética y los moralismos de los mismos seres humanos. Pero tal cosa ya existe con los animales y pese a quejas de algunos lados nada pasa, así que en México lo mismo pasaría. Si a mí ni me preguntaron que si quería exterminar a los vendedores de droga para que el ejército mexicano tomara su lugar, por qué me deben de preguntar si estoy de acuerdo con que experimenten con humanos. Podemos, también, exportar paquetes de cinco o diez mexicanos que sólo hablen español y ponerles opcionalmente un tosijoso si quieren hacer investigaciones sobre enfermedades respiratorias. En cuanto a usar humanos, es debido a que el animal más cercano al ser humano en cuanto a averiguaciones científicas (y niéguenlo, señoras, si no es cierto) es el mexicano. En cuanto a que hablen solamente español, se hace un lugar más para un sector del conocimiento un poco olvidado: los traductores y los que quieren hablar en lenguas de países subdesarrollados. Es mejor que meter pollitos a la licuadora al final del experimento.

18 de mayo de 2009

Una veladora más larga que mi dedo medio para benedetti

Un día de aciago me conecto y todos los contactos de mi messenger están muy similares, digo entre mí: "otra vez un virus mamila les pegó a estos pendejos". Y luego que me mandan links y mensajes inmensos contactos que nunca me hablan. Nuevamente pensé que por lo de la influeenza habían bajado la guardia todos y algún wrm.32.benedetti les cayó a los idiotas. Pero lo más desconcertante es que estos seres me daban lata porque se había muerto un escritor de creo que uruguay. Pues yo digo que descanse en paz como lo han hecho otros miles que eran hasta mejores que ese escritor de romances tan simples. En fin, que un bardo más está en el pozo, qué importa eso si de todas maneras ya tiene esas chingaderas publicadas. ¿Es como si un autor se muere en la mitad de la serie? ¿Realmente podría escribir aun más basura o hablaría de lo mismo? La basura se transforma, pero si se muere un pepenador otro llega al rato, no? ¿por qué esas reacciones tan mamilas? él no es su papá y hasta parece que los violó o algo similar. No creo que se haya vuelto un canon para ustedes, señoras. De hecho, si él fuera un canon, la literatura estaría todavía más en peligro.

¿Quédóndecuándo?

Creo que todo se solucionaría en México si todos los mexicanos tuvieran el ingreso per cápita que dicen que realmente todo mexicano debe tener (como 6,900 dólares al año). Creo que esta cantidad es aceptable en el México actual, ya que el ciudadano promedio, asalariado de 4,000 pesos al mes, después de las reformas estaría ganando como 6,000 y aun así los políticos tienen menos dinero por robar. ya que sería como tomar 10,000 de cada ciudadano al año y también tomar el dinero entero de las capiti de los chamagos y este dinero sólo se usaría, casi casi, para lo que tiene que servir. La segunda opción, y es la que me gusta un poco más, es que, si de todas maneras los políticos van a ser corruptos y ganar dinero por los medios y pedos que quieran, por qué no darles como salario el ingreso per cápita a estos seres y garantizar que todo mexicano adulto en acción laboral gane, como mínimo, el 60% del estimado como salario per cápita. Es decir, pues, señoras, que ya que estamos tan amolados y probablemente el mundo se va a acabar en tres años por culpa de que los Mayas mataron a la mariposa del efecto, a estos asalariados mínimos les iría mejor en este tiempo. O si la economía necesita una inyección, es mejor que se la dé a todas las células o familias, como les quieran decir. Es cierto que nuestro país no supo poner candados a su sistema económico y esto de los ingresos per cápita es imposible debido a que una gran parte de esto se iría al clero y al extranjero y sólo volvería con los pocos frascos de cerveza, tequila, rompope, sombreros y budas que produce y vende el país. Primero se necesita buscar más inversión extranjera que la introducción de empresas extranjeras, es decir, en otros países, como Tlacunpanú, país africano famoso por sus danzas, Lo único que se le paga a empresas de ropa, refrescos y alimentos es lo que se refiere a la marca y la patente, pues son empresas nacionales que hacen uso del "trabajo intelectual" extranjero. Si estas reformas hubieran tomado lugar en otros tiempos, la coca cola sería un producto de marca extranjera pero de origen mexicano; seguramente no habría coca-cola cafeína o zero, pero tendríamos coca-cola limón, chile, chorizo y otras variantes un poco más mexicanas. Y además imagino los perfumes de Paco Rabannito que habrían salido. Pero, bueno, hoy pagué dinero a una empresa de comida californiana y las cosas están muy distantes de ser como yo sugiero...

16 de mayo de 2009

La novela del gutierritos.

Es costumbre de familias modelo mexicanas ver telenovelas con música barata. Es cierto que en las cerca de cincuenta horas de el señor de los anillos (mejor conocida en el vulgo como El señor de las medallas)escuchamos la misma musiquita, como un motivo de la orquesta, pero en las novelas siempre se llaman los soniditos algo así como misterio seis de rodrigo gutiérrez y número cinco, de Chanel, los cuales son algo así como lo que siempre ponen en las comidas como conservador. Total que en una de esas tardes/ donde nadie te llama y la habitación/ se llena con ecos del piénsale blablablá, noté que las tramas de las otras producciones (léase: extranjeras) tienen, además de gracia y recursos, algo que no tienen nuestros productos: el deseo, verdadero, de ser alguien en la historia. Me remito al hecho de que, en una de esas aberraciones permitidas por los cardenales, los personajes tienen su tramita de personas que son desbarrancadas y les matan un hijo y están tuertos y se ganan la lotería y todo eso, pero no se ponen al tiro para una guerra bacteriológica o un ataque contra calderón o una destrucción masiva de áreas forestales o investigan la cura contra el cáncer, como sucede en las series de estados unidos con un seguimiento de semanas. Nuestras novelas (y uso el término novelas porque esas otras de papel se están perdiendo en intelectualismos alfaguarradas o bruterías de México y otros ranchos, además de que ni a mí se me antoja leerlas) están llenas de personajes que se enamoran y personas que no quieren que se enamoren, como sebastián, ariel y úrsula que pelean por el beso de un príncipe. Sus trabajos, si son buenos o malos, sólo hacen cositas mediocres en su país, tanto que hasta una reportera que según eso habla de injusticia en un pueblo de gente pobre sólo publica su artículo y luego se pone a comer hot-dogs porque no hay una respuesta contra la cual pelear, de hecho en esa novela, después de ese dizque artículo publicado, la trama se salta a tres años después. Si de otras producciones se habla, tal hecho no hubiera sido tan vano, pues, si lo que intentaban era manifestar que nadie lee los periódicos, no lo quieren cambiar porque esas medias horas de información les matan una hora de noticieros y cuatro horas de un programa de entretenimiento (genial que sonrieran durante la temporada de influenza), lo que se puede traducir en seis o siete horas en que menos personas verían su canal y, además, siete horas en las que no valdría la pena anunciar un producto porque nadie lo ve.

15 de mayo de 2009

De mojados...

Se dice que en Estados Unidos hay muchos mexicanos que andan allá de ilegales sembrando los tomates de la catsup que comen los coreanos, o algo así. Pero lo extraño es imaginar que vengan a México otros sudamericanos a cantar en los camiones o sembrar lo que fuman los estadounidenses. La idea es que, si apoyamos a los que vienen así a nuestro país, probablemente en ese otro país a nuestro norte, por alguna relación homeopática, apoyarán a los mexicanos. Si en México tenemos esta cultura del hoy por ti y mañana por mí, un extranjero ilegal puede ganar mucho dinero en este país que a tantos sirve de médium. Es extraño que en mi país no sepa qué hacer si encuentro a una persona que probablemente radica en nuestro país ilegalmente. Aunque debemos actuar de una manera estricta en esto y hacer saber tal cosa a nuestras personas, hay otros que piensan que un panameño puede cantar en México mejor las de nigga.

14 de mayo de 2009

Que me dé mi sombrero...

Creo que en este momento de calma puedo decir que estoy de vuelta en el agendado bloggeo. Y lo más triste de todo esto es que los visitantes de mi blog llegan en busca sólo de dos cosas: mi investigación acerca del hemo como forma de vida, y el posible término necesario para alguna materia: subdesempleo. Pero esas visitas han hecho que mi contador no se oxidara tanto. Debo hablar nuevamente de otras cosas porque de ahí en más las personas sólo buscan niñas desnudas en columpios o una traducción fidedigna de Sarita la del baño, traducción que me sorprendió por continuar obedeciendo a mi sentir poético, tan cercano a traducir el quijote al spanglish. Pero esto no debe ser una antología que diga qué escrito ha de sobrevivir y cuál no, así que ahora hablaré de lo que atañe: Ayer vi una discusión entre dos niños que jugaban con un sombrero. El juego era algo extraño como los niños con ropas sucias: el que tenía el sombrero podía bailar y el otro debía bailar nada más. Por desgracia se rompió el compás y uno de los dos dejó de cantar y bailar para bajarse del camión y desaparecer del todo con ese sombrero. Y la familia después de cerrarse la puerta se puso como loca porque el niño se bajó del camión. Gritaban al chofer que se detuviera y éste se detuvo con una gritadera que hasta hizo llorar al niño que se había bajado. Creo que algunos padres deberían cuidar más a sus hijos en lugar de hablar de la novela o dormirse en el camión, como era el caso de la mamá. En la educación de los niños y en su atención a necesidades no tan básicas hay muchas familias que me decepcionan, aún con dinero sólo van con los niños al parque o a la fiesta y ellos se la pasan comiendo o fumando allá sentados. En una fiesta todo está bien, pero en un camión o en un parque deberían, por lo menos, no dormirse.

13 de mayo de 2009

Páncreas de cerdo como solución para la diabetes en los monos

No estoy muy seguro de cómo es que andan las cosas de los derechos de los animales, pero creo que la experimentación con ellos a veces se hace un poco estúpida. Hay muchísimas almas con diabetes que consumen gran parte del dinero de los países y perdemos el tiempo mientras se curan macacos que para empezar seguramente ni tenían diabetes. Está chido eso de que un órgano en estado embrionario puede ser irrigado por el cuerpo y no ser rechazado. Podemos ver hasta qué punto podemos cambiar otro tipo de órganos de la misma forma y después tomar todas estas piezas de los niños de 24 semanas nacidos en familias que quieran abortar o ganar una lanita extra y ahorrar lo de toda una nueva vida. Pero ahora puedo dormir tranquilo al ver que los monos ya no se deben preocupar por sus insuficiencias inducidas y sentir que están cagando aceite. Ahora ya se pueden emplear para ser inducidos al cáncer de pulmón como el burrito que fumaba y volverse mejores en la historia. Esto me recuerda que en la historia de los descubrimientos hemos usado siempre a los animales, todavía me imagino cómo o por qué chingados mandaron a un chango en las naves espaciales o por qué metieron un perrito al microondas para secarlo. Era más fácil mandar a un niño de cuatro años o a uno que ya hasta cantaba melancólica y elegíacamente sobre la dura vida de ser bebé. Pero siempre nos ha gustado perder nuestro tiempo en lograr que los animales nos imiten, como si fuéramos una raza tan perfecta que nada en este mundo puede dejar ciega, coja, sordomuda, manca, panista o de las chivas.

10 de mayo de 2009

Isla moloko?

Bueno, pues, entonces digámosle mejor la isla de los leprosos porque yo digo que es molokai, pero luego dicen que no y que así se dice leche en sabe qué idioma y total, que si decimos que ahora México se convirtió en esa isla ya se perdió el chiste porque nadie sabe cómo se dice eso en México, pues nadie sabe cómo decirlo en el idioma que está cerca de la isla esa que se hundió junto con la atlántida, según otro vecino. Total que la gripe mexicana, o mexican food, como oimos que le dicen los extranjeros miedosos, ha puesto a reflexionar a unos y otros que, como ya se enfadaron de ver gente sonriente en la tele y noticieros que ya muestran un contador como el del teletón toda la mañana... they tell you sit and they tell you play dead at the same time... Pero no sé qué han de pensar estas personas. Probablemente tienen como pendiente principal qué hacer para la fiesta. Todo se congela y enfría, menos las chelas.

9 de mayo de 2009

Ficción

Es hora de hacer ciencia ficción: este día yo estaría haciendo lo mismo que hoy pero mi actitud sería la de que no tengo nada que escribir y debo prepararme para ir a trabajar el lunes. Mi día sería como cualquier otro, quizá con uno o dos tipos que acostumbran todavía el cubrebocas y posiblemente vería en la calle a un motociclista que le arrebata a un traseunte el utensilio clínico y lo arroja al suelo, no es importante qué, si el tapabocas o al transeunte. Llegaríaa trabajar, hablaría sobre el tiempo imperfecto y contaríamos una o dos historias para practicar tales cosas. Y después probablemente hablaría sobre la conjugación en pasado con un estudiante de Bahrain y en un tiempo libre hablaríamos sobre si existe el alfajor en su país y cómo es. El resto del día, en ese brote de empleo, iría a la escuela a apoyar a mi novia en su examen de literatura mexicana, cosa que yo no recuerdo como fenómeno. Y así sería el lunes, que terminaría con una cena tranquila. Este es uno de esos días en que no se puede salir a pasear mientras se enfría la avena. Sólo queda esperar y esperar y esperar a que el gobierno prevenga todo el daño que causa con su suspensión de actividades. Primero, todo el sector económico que depende de las visitas del extranjero habrá dejado de vender, y ahí estoy yo, pues a nadie le interesa aprender español en un lugar donde puede contagiarse de un virus nieto de otro. Segundo, las actividades cerradas por acumular personas afectan también a otros que no acumulan tantas personas. Guadalajara se va a poner difícil porque el gobierno espera que las personas lo hagan todo, al igual que con los cubrebocas y otras jaladas dispuestas a partir de utopías o posibilidades del primer mundo. Sin dinero, la gente se come al perro bailarín. Habrá peleas por latas de atún y otras cosas. Y lo mejor es que se va a culpar a una enfermedad por muchos problemas que se harán notar en estos días, problemas que el gobierno no supo prevenir pero sí supo expiar. Tercero, la gente ya no tiene ganas de ir a pedir cosas al gobierno, siempre ha tenido que buscar la solución por su cuenta a todos sus problemas. Cuarto, ojalá que la respuesta a esta situación por parte del gobierno no sea el culpar a la enfermedad, sino la corrección, ya no oportuna pero sí necesaria, de esos hábitos que han minado la paz social.