25 de mayo de 2009

Reflections of me in your eyes

Un momento, ¿es en serio? ¿de veras? Yo pensé que en una de esas clases que no sirven para nada el maestro andaba medio echado a andar o deseoso de una de pingüino cuando mencionó que los olores eran propios del ser humano y que los perfumes nos estandarizaban, blah blah blah, y que uno huele a sexo cuando uno tuvo sexo, como uno huele a alcohol o coca-cola o a Gansito cuando toma, bebe o ingiere tales. Total que en el camión se subieron dos borrachitos que luego se pusieron a cantar para sacar dinero y luego se bajaron. Y luego se subió un grupo de personas que gustan o no se enfadan de usar el transporte público, personas que pagaron sendoa transportes. Una de estas personas era una niña de secundaria de esas que tienden a levantar sus faldas un centímetro más de lo permitido en los uniformes y que, a no ser que me equivoque, olía a sudor y a movimientos acelerados. Lo más extraño es que en mi reloj no pasaba de las dos y diez, o sea que acababa de salir de la secundaria. Y ella intentaba disimular cuando verificaba su olor. Fingía una comezón en la nariz, misma que intentaba quitar con diferentes partes de su cuerpo, como un dedo u el otro y la muñeca y el antebrazo y los hombros, hasta que un alma caritativa que ya se iba a bajar se bajó y ella tomó su lugar. Entonces, cerró sus ojos, entró en ella el demonio de la lengua y se besó la mano para humedecerla, la pasó por su cuello y mejilla y realizó después un discreto lengüetazo. Algunas otra mujeres de ahí del camión le guardaron complicidad. Y una venerable anciana, que no dejaba de inspeccionarla como si fuera su nuera y su hijo estuviera cruzando de ilegal alguna frontera, arrugaba la nariz de vez en cuando. Can you feel my eyes on you? I'm shy and turn...

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