El misterio de Joyville..
Pues es un juego que tiene como ventaja que lo podemos terminar en cerca de cinco horas o menos o más porque depende de cuánta habilidad tienes para reconocer diferentes objetos. Si a eso se le suma que el juego está en otro idioma, pues se consigue hacer rápido. Los acertijos que tiene el juego son muy simples y todos los elementos solucionables están a la mano. En cuanto a la historia, El tipo de juegos de objetos perdidos sólo da espacio para el género negro; en este caso, un negro fantástico, como Tongolele, que no tiene nada negro a primera vista, más que el nombre.
El desarrollo de la historia es burdo, con algo de ciencia ficción y un personaje principal que nunca se ve, pero es de los mejores juegos domingueros. Al principio, todo se ve muy infantil, del tipo de juegos que les permitiría cualquier mamá a sus hijitos. Pero más allá de un mini juguete muy parecido a uno de Toy Story, con finta de terminator, la primera parte es tolerable para muchos niños. El problema es cuando se convierte en una trama más acorde con las obras de Mary Shelley, y con su ser vivo que quiere ser algo más para este mundo. Me enfadan los finales de ese tipo, pues son muy faltos de imaginación. Si me tocara darle estrellas, daría una de tres: los gráficos son buenos, pero el resto no escapa del género.
Por otro lado, la consola del PSP tiene un nuevo ritmo de desarrollo en los juegos violentos y motrices. Se llama Patapon, que aunque tiene una minihistoria es pura guerra a base de tamborazos. La coordinación y las variantes del juego prometen más para este juego no tan dominguero. Dos estrellas: por interface y gráficos, pero aunque no requiere de una verdadera historia, en esta área está empatado con el juego Chicken Invaders 3, que tiene desafíos descabellados en muchos de sus niveles.
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