Drogui drogui

Una cofee shop de Amsterdam muy cerca de Bélgica, y de hecho una de las más populares, fue en el 2008 cerrada y multada con varios miles de almendras por no cumplir con el reglamento del país. Recientemente, Calderón dice que la legalización de drogas no es algo que apoye la guerra contra el narcotráfico pero que, con su regulación frenaría la violencia que se está generando en estos días.
Si unimos los puntos, no hay forma de saber si este tipo calvo tiene razón, pero en Amsterdam, si obviamos las posibles diferencias de gente y mundo y todo eso, no se frenan completamente las irregularidades que se podrían cometer. Y así tampoco sería en México.
Amsterdam tiene un control para las cafeterías con un máximo de drogas dulces en el almacén así como la cantidad que se vende a una persona por día en toda la ciudad. Si así fuera en este sitio, ese máximo ni se respetaría y venderíamos lo que se quisiera sin límites de tiempo, cantidad, edad y similares, lo cual estaría chido. El problema es que la producción actualmente no se hace ni se hará por campesinos felices, pues siempre es más barata la mano de obra ilegal, ¿verdad, Estados Unidos?
Entonces, como los mexicanos no son indocumentados aquí, algún tipo de chanchullo se debería poder hacer, así que entre guatemaltecos y pueblos aislados de nuestra cultura, tal y como se hace ahora, se obtendría el mismo material. Pero la violencia no se detendría por esto, ya que la mafia sigue estando en un mismo lugar y la batalla por los ingresos en el mercado siempre estará ahí.
¿Nos serviría la legalización de drogas dulces? No.
En cuanto a ser una acción ilegal que debe pasar a ser legal, eso significa que el gobierno expediría los permisos que serían posiblemente más caros que los de cerveza, también vendida todavía a oscuras por algunos negocios. Las empresas deberían responder a una revisión de calidad y garantizarla, además de otros trámites que tampoco quieren o pueden hacer los tianguistas. Si el gobierno quiere menos demandas, debe plantar mariguana en toda area verde para dejarla a disposición de quien quiera fumarla, pues es la única forma de garantizar que la demanda disminuya en nuestro país.