5 de septiembre de 2006

La Amada

Mientras la gente cuya inteligencia admiro se pone a pelear un Nobel o prepara la editorial de mañana donde destroce al Presidente electo, yo estoy en este blog escribiendo otras insensateces que me importan más debido a que mi nacionalidad sólo me dice que nací en este país, no que es mi obligación el defenderlo de su propio sistema de gobierno o de los mismos héroes y mesías que en toda la historia han forjado. Lo único que puede salvar un día tan fatal es que, mientras repasaba una vez más las lecciones del romanticismo y me ´ponía a estudiar algunas miniaturas acerca del género negro, me vino una idea para tesis que, por ser mala, la comparto:
La Amada
Y es que realmente es un tema del que prefiero escapar porque hay una muy delgada división entre un estudio como lo quisiera hacer y una mirada del feminismo radical. Siguiendo con este tema que se me ocurrió para no estar pensando en que a mi país le tocan otros seis años de gobierno mal organizado (incluso cuando hubiera ganado el otro candidato, el gobierno habría sido el mismo, pero en lugar de que los pobres se burlaran del presidente como fue en el sexenio pasado, ahora lo harían los ricos y los burgueses de altas aspiraciones que no se han dado cuenta de que son burgueses aspirando a escalar socialmente), comienzo: Siempre, en cada generación o movimiento literario existe un ideal de belleza al que la poética le ha dedicado gran parte de su teoría y apreciación, y altamente obvio que a la figura femenina le llegue en algunos movimientos parte de esa belleza que marca cada corriente y, más específicamente, a cada escritor. Intentando hacer una clasificación que no parezca de esas cadenitas que mandan por correo acerca de las clases de mujeres de acuerdo con la forma en que hacen el amor, y al mismo tiempo queriendo imitar ese tono humorístico que hace que una maestra de literatura se extrapole lo suficiente como para decir, al momento en que está dando una clase acerca de la inclusión de nieve en la poesía, que a Winnieh Pooh le gusta la nieve porque cuando nieva él duerme y, aparte de todo, logre hacer reír a su público... Entonces, creo que este tema de la amada me puede servir para mantener entretenido el blog en lugar de estar hablando de Zacatecas y estar haciendo a cada dos entradas un texto apologético donde sólo intento defender mi idiotez. Voy a estar hablando no profesionalmente de las amadas que leo, de aquellas que conozco y de las que he oído. Démosle a la mujer el lugar en que siempre ha estado.

1 comentario:

  1. Ah... esa imagen del sr. Pooh... creo que alguien puede demandarlo por derechos de autor...

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