20 de septiembre de 2006
won't you tell me your name
Like a dog that begs for something sweet...
¿Será esto un problema social?
Digo esto porque pareciera que las palabras sociedad y soledad están muy unidas, en varias miradas he visto ese miedo a estar solos antes que una apreciación verdadera. Es como un fenómeno extraño ese de las fiestas donde dos horas de plática desembocan en conflictos de extraños que, según la magia de Derrida, pueden crear un libro llamado amistad y castigar, de cuyos orígenes no es bueno hablar.
Es extraño confirmar que una mirada puede cambiarlo todo, el conocido verso anacreóntico "me mataron tus ojos" se hace presente incluso en las portadas de varias revistas, pero cómo interpretar la mirada esquiva de una amiga cuando ésta cruza la línea y coloca su mano en donde nunca antes lo había hecho.
Quizá de ahí salgan versos que alguna vez llegué a usar, como: "skim, skim, stop", "uñas reconociendo que su misión ha cambiado" o "hazme un acorde de Fa, bemol séptima", quizá si la edad fuera la apropiada, acariciaría su dedo anular y pondría también una mirada esquiva, pero hay momentos en que la razón -maldita- aparece y te hace ver que tal momento que alguna vez deseaste sólo puede llegar a una entrada de blog porque tu mente prefiere una amiga confidente a una amiga ponedora.
Y tal limitación, pregunto hoy, ¿será por mi apreciación artística o por mi posición de caballero ante una dama que ha tomado más que yo?
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