8 de enero de 2007
De ars profana
Alguién llegó desde google poniendo la siguiente pregunta: "¿puede tocar un vino kosher un goy?"
No sé qué clase de pregunta sería esa, señoras, pero la hicieron. La verdad es que no hay mucho por decir al respecto, los judíos saben que un vino kosher no debe ser tocado por un goy durante su fabricación, quizá a eso se refería el que andaba buscando alguna respuesta y llegó por azar de google a una entrada donde hablo de que me puse a limpiar mi cuarto. Pero como yo soy goy, mejor no me crean lo que digo de los judíos y vayan a una fuente directa a preguntarlo, porque se me hace raro que el jugo de Florida7 sea considerado como una bebida kosher.
En lo que se refiere a tomar el vino, desconozco lo que digan los exégetas al respecto, pero, en mi opinión, ser egoísta es algo malo en la mayoría de las religiones y no estaría mal el compartir dicho vino con un otro, no sé si su dios les diga que deben llamarle goy a los goy y tratar a un goy como goy por el simple hecho de ser goy, pero es parte de todas las religiones mostrar determinada discriminación hacia otros por el simple miedo que nos causa lo diferente.
Entonces, respondiendo a la pregunta acerca de si un goy puede tocar el vino kosher, yo digo que es una de tantas preguntas que dividen a una religión en distintas partes: el preguntar cómo debemos tratar, no al prójimo, sino al otro; es ver qué pueden tocar los otros de nosotros, y hasta ahí llego porque seguiría diciendo lo mismo una y otra vez.
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