Pornocracia(2)

No está en mí cambiar las cosas, eso le corresponde a nuestras obras y no a la persona. Seguiré escribiendo, pero nunca para cambiar al que no quiere cambiar. Todo cambio en el país repercutiría en su lenguaje. Si las prostitutas gobernaran dejaríamos atrás los chistes pelados y nuestro humor cambiaría respecto al gobierno (No habría chiste en el cuentito de la "mamada de a pingüino"), no tendría sentido ya decir: "por su sed de dinero se siguen cogiendo al pueblo" o: "pinche gobierno puto"...

Oui mais mon amour est un naufrage Car dans mon âme, souffle le vent du large, le vent du large

Imaginemos que quienes pelearon en la camarita de diputados hubieran sido mujeres que se quitan los cinturones para pegarle a otra y después de un rato les va estorbando la ropa. Arriba el Canal del Congreso entonces, sólo producto nacional y la pornografía gringa se va a la chingada. La verdadera educación dependería de los padres y no de las guarderías y parvularios que ha puesto el estado. Nuestra sociedad moralista vería a la tele como un peligro pero agradecería al mismo gobierno por acabar con los bules y lugares de mala muerte. Si las prostitutas reinaran y tuvieran elecciones, sería más fácil un concurso de playeras mojadas antes que un debate partidista, al fin que sabemos que lo que prometen nunca lo van a cumplir, por lo menos la gente estaría más interesada en el gobierno no se dejarían manipular por un partido de futbol. ¿Serán éstas mis ideas o vendrán del SIAPA? No importa, me quedo con esta palabra que no logro acomodar en lado alguno, sigo imaginando que las prostitutas serían mejores gobernantes porque han estado en contacto más cercano con el pueblo y, aunque no lo queramos reconocer, su dolor es el mismo de todos. Pornocracia. Nuestra idea de belleza cambiaría porque los que se estarían cogiendo al pueblo tendrían una sonrisa angelical y ropita de quitapon. Esto le conviene hasta a las feas... Ya saben, abajo el machismo y arriba el SIAPAtel