3 de enero de 2007

Malditos contadores

Este no es mi territorio. Y no, no estoy diciendo que mi reino no es de este mundo, sino que debo reconocer que no me gusta hablar de la violentación, por lo menos no de una forma filosófica. Lo que motivó esta entrada tiene que ver, nuevamente, con los keywords que causan la visita de ovejas descarriadas a este recinto. Créanme que en año nuevo no pude dormir pensando en que debo de investigar sobre los chistes de contadores y poner por lo menos uno. Estaba pues, buscando un juego de palabras con los sustantivos que, supongo, utilizan los contadores: números, deducir, suntuario, factura, derechohabiente, y ninguno me dio resultado. Sacaba puras cosas idiotas, como decir que el colmo de un contador es que su hija esté embarazada y el padre de ese nieto en camino no pueda ser deducible, que lo demanden por facturarle el brazo a alguien, que no sepa cocinar sin receta, en fin, nada que me causara risa, debe haber chistes de contadores por algún lado... ¿qué le dijo un perro a un contador? yo tengo más chistes... Y es que, debemos abogar por que le hagan chistes a los contadores, sólo me sé el monólogo que dijo Seinfeld, iba más o menos así:
La vida de los contadores es aburrida, no tienen nada mejor que hacer, debería estarles permitido el uso de drogas: --Señor, se le acusa de posesión de droga -- Pero, señor juez, soy contador -- Caso cerrado, se puede ir...
Por desgracia, el humor de Seinfeld es muy serio en mis dedos, además de que el humor gringo, a veces entendible, no le hace justicia a un contador. Revisando la vida de un contador, nos damos cuenta de que su vida es como la de cualquier otra persona, es una profesión que sólo se caracteriza por sacar dinero de la administración del dinero de otros, no es un mensajero y su profesión no se caracteriza con alguna ley que no deben romper. Es difícil hallar un chiste de contadores porque no hay nada que los caracterice, es decir, hay contadores borrachos, contadores sobrios, contadores pervertidos, contadores huevones, contadores activos, contadores tímidos, son casi tan inútiles y tan maleables como los literatos, con la pequeña diferencia de que ellos quizá tienen un mejor campo de acción en este país. Eso sí, creo que debemos de buscar algo que los haga reír, sino después de leer esto se nos van a suicidar y el mundo se quedaría sin contadores de los que nos podamos burlar. Así que hablaré de una profesión que ha superado a la de los literatos: los misioneros. Viendolo bien, y dejando de lado palabras tan malsonantes como padre, cura, sacerdote, presbítero, misionero y anciano, debo envidiar que ellos tienen la posibilidad de andar de lugar en lugar ayudando a la gente y mostrándole que existe un dios, viajan más de lo que un contador promedio podría y hacen más bien al mundo que muchos de esos literatos que en su blog sólo ponen idioteces en orden alfabético, poemitas idiotas o ensayos que, de tan elevados, son entendidos completamente por todos. Sus estudios son más dedicados que los nuestros y en lo que toca a conocimientos de un área específica, como es la religión, la teología, la medicina y otras áreas de humanidades, le pueden poner en la madre a muchos. Pero lo que nos supera en mucho y lo que quizá debemos de odiar de estos personajes tan benignos es que, contrario a profesiones como literato y contador, ellos tienen una posición sexual registrada, al igual que los perritos y los tigres. Entonces, creo que para poder hacer chistes de un contador o de un literato es menester hacer primero una posición sexual para ellos, eso se los dejo a otros literatos y contadores, pero les pido que sean más prácticos y menos fetichistas, hacer el amor encima de un librero (en inglés: bookshelf, no library man) o ayudándose de un lápiz una calculadora no puede considerarse una posición, es sólo, reiterando, un fetiche o un vicio donde dejamos ver nuestro cariño por un objeto, queremos compartir ese instante con nuestros amigos objetuales de la rutina y, por tanto, es sólo una aberración sexual y no una posición. Si uno de ustedes, lectores impudiciales, tiene una sugerencia para darle a los contadores una posción sexual, soy todo oídos.

2 comentarios:

  1. aunque hacerlo en un librero suena interesante... pobre de él, no?
    quizá no hay posición, sino forma del literato, como decía cortázar: hacer el amor con un virtuosismo crítico y desapegado.
    pero hay que pensarle

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  2. Usted es cruel con aquellas personas que gustabn de decir estupideces en orden alfabético, ¿verdad?

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