23 de febrero de 2007

P... Penelopeia

No hay que decir la historia, todos la saben. No habría entonces ninguna reflexión si no me pusiera a hablar de una irreverencia en la literatura, como es aplicar las figuras mitológicas a los seres humanos como estructuras psíquicas y, aparte, quererlas estudiar a partir de eso. pero como no hay otro personaje con la letra P que valga la pena, hablaré de lo que sucede con Penelopeia. Pido a los del coocimiento enciclopédico que no me corrijan una entrada de blog, créanme que si fuera un ensayo sí tomaría en cuenta las observaciones, pero realmente no vale la pena ponerse a discutir con alguien que también ha leído la Odisea acerca de las injurias que le hago al libro favorito de todos. Si quiere fidelidad, no la busque en una manuelipsis y cómprese un perro. Dicho todo esto, comienzo con la acción que todos recordarán, muy similar a la esther que mencioné, pero la diferencia estriba en que Penelopeia (idiotamente) guarda su afecto a un Ulises aun cuando tiene a todos los hombres babeando por ella y tiene un tejido que desteje por las noches y teje en el día, para decir que es el luto que va a guardar. Realmente, la odisea no menciona mucho de esta idiotez, sino que se pone a hablar más de cómo vuelve, para sorpresa incluso de Penelopeia, el señor Ulises y hace matadero de los otros pretendientes. La mujer no hace mucho porque, se supone, ella no sabe que Ulises anda por ahí y piensa que no volverá, nomás deja en memoria el ideal de su esposo, es decir, el que la tendrá deberá armar y cumplir con la prueba, cosa que Ulises sí podía hacer. Trayéndolo a la vida real, aunque no me parece necesario decírselo, señoras, es esto: La niña Esther tiene un ideal de principe azul pero nomás lo espera, es decir, cualquier príncipe azul ganaría por ser azul, pero en el caso de Penelopeia el Príncipe azul debe ser igual que el príncipe azul que no volvió. Detesto hablar de mis pasados porque sé que no le interesa a una persona, pero las mujeres con un conflicto psicológico de Penélope tendrán siempre que hablar de su pasado amoroso. Igual y yo también los he soltado, pero no por decirle a otra persona qué espero de ella, sino por reafirmar una ironía. Igual, nadie me cree. El problema de los pasados amorosos, señores, es que parece que las mujeres con este pasado amoroso carecen de un pasado aparte, es decir, su pasado siempre es amoroso y no logran concebirlo sin meter a la otra persona en los momentos que recuerda de la vida, si se engrapa el dedo o se enchila con una bolsa de papas, no lo recuerda a no ser que se lo mencionen. Bueno, Penelopeia es una actitud que lleva vigente más de dos mil años, y se mencionaba como algo oral. No sé por qué se sigue usando. Quizá deberíamos hacer cartelitos en contra de la Penelopeia. Si alguien piensa hacer uno, díganme para verlo. por cierto, si se lo preguntan, lo puse así para que los de los buscadores no lleguen aquí poniéndo Penélope .

4 comentarios:

  1. Jajaja, aún así siempre llegan (los buscadores), con una vez que lo menciones bastará XD (sigo cargando con las visitas de fans de Lagrimita y Costel) T_T eeeen fin, que pedrada me cayó con la dama en mención :S creo que me llamaré Santa Penelo...peia :P

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  2. :) vaya... mira que muchas padecen de esto :S pero... chale... es mi tarea ver si alguien NO hace esto!

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  3. ¿Y los Ulises con qué relacionan su pasado? ¿Con la cantida de de logros obtenidos? Pregunto...

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  4. aaaaaay penelopeia, penelopoiesis, ay ay ay!!!
    Saludos!!

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