[Las imágenes publicadas en esta entrada son, hasta donde sé, de dominio público pero llegaron a la red gracias a
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Yo hablaba de reencarnación y no de metempsicósis, pero en fin, el que quiera recordar todo pero estar encerrado en el cuerpo de un animal distinto al ser humano, muy su religión. De todas maneras se va a sufrir, o así parece.
Pero, ahora, a lo que cruje, a hablar de las personas que se desnudadn. Que quede claro, señoras, que no intento hablar de una forma exhaustiva y enciclopédica acerca del desnudo, tampoco hablar de una forma delaborbollana, arsánica, equiana, bateliana, bodelerina o similares, pues eso lo puede hacer cualquiera. Quizá utilice de todos estos algunas ideas para terminar la entrada pero no les pido a ustedes, público culto y sin nada por hacer, que me digan cuál pertenece a cuál, así como no intentaré de delatar, por mi cuenta, de quién tomé tal idea.
La desnudez, por un azar que no conozco, ha sido un tema del que muchos hablan tanto en sociedad como en literatura. Llámenla instrumento del diablo, bondad de Dios, señal de modestia, apariencia del que no tiene ropa limpia o, como yo le llamo, comodidad.
En tanto al sentido de la palabra, una mujer sin ropa pero con un nudo en la cabeza, no está desnuda. Los mexicanos, para que no hubiera problemas con esto, que si trae dos pelos enredados o si está haciendo changuitos o cualquier otra jalada que interprete un nudo, inventaron la palabra encuerado y, más al norte, la palabra
bichi. Y con esto, ya pueden decir, sin ser contradictorios u oximoronantes, que vieron amarrada a un árbol a una mujer que estaba encuerada. Es mejor que decir que la vieron como perro en carnestolendas esperando que le dieran de palos, porque eso sólo lo ententienden los españoles que saben qué es carnestolendas.
Siguiendo con el carnaval, sépanlo, señoras, que el objetivo de esta entrada era hablar sobre lo que aconteció este domingo en un lugar público por obra del célebre fotopintor Spencer Tunick. Digo fotopintor porque sí, esto sin ánimo de ofender a ninguno de los dos géneros, cada quién hace lo que quiera y se llama como quiera. Total que nueve mil personas fueron a mostrar lo que tienen en un tipo de evento organizado. Y hoy no es lunes de ceniza.
Quizá digan que los desnudos no tienen nada malo en una sociedad como la actual, si es que merece llamarse actual o, inclusive, sociedad. Pero veo aquí el problema de que México, al no tener un verdadera búsqueda de revolución, se hace partícipe de tales leladas, quizá en un ánimo kundereano, diría que sólo lo hixieron porque es su oportunidad para sentir que existen geográficamente, una marcha sin importar a favor de quién o una pose donde el único beneficio es aparecer desnudo. Hoy lunes, que ya aconteció tal cosa, me pregunto si no ha sucedido algo más o por qué la televisión sigue hablando de eso. Es desnudez, un tema mal tratado por nuestra sociedad y la de otras. Ya entendimos, no tiene por qué salir en el noticiero, si quisiera ver gente desnuda estaría buscando porno, no desayunando.
No es mi parte decir nuevamente el mismo ataque de que los nueve mil presentes, por lo menos la mayoría, querían atención de otros y no estaban conscientes de tal cosa. La sociedad actúa así cuando está en masa y repetirlo tantas veces en el blog sería de idiotas. Por esa parte es que quizá me gusta hacerlo, pero, realmente, estar desnudo no es una verdadera manifestación, pues veo más poder de manifestación en el vecino semidesnudo que sale así a a acomodar su camioneta. Ahí la cosa es distinta, juzgue el lector por qué.
Volviendo al acto de encuerarse, ya sea dejando un nudo en los cabellos o con una corbata puesta, debo decir que el sentido de improvisación juega un papel importante en este acto, pues de nada me sirve prepararme para tomar la foto de otra persona si de antemano está el contrato de que se va a desnudar. No hablo de, como buen sociópata, convencer al modelo de terminar en la más desnuda posición que pueda lograr el alma a retratar, pero así, a la voluntaria, digamos, en frío, dudo que tomar una foto sin tal trabajo es algo falto de calidad, por lo menos artística. Un suceso que salió en las noticias, por ser importante.
Hoy me pregunto, recordando otro suceso medio importante en México, por lo menos para los que son estudiantes, cuántos de estos modelos que se pusieron a posar encuerados, desnudos, bichis y similares, habrían entendido la bromita de un helicóptero dejando caer una bengala.
Bueno, así, con tantas indirectas y mi mente en miles de lugares, ni siquiera mis lectores le entendieron...
Que se desnude el que sea, que a mí no me importa tanto el ver un cuerpo sin ropa, pues si no hay un involucramiento emocional son simplemente maniquíes. Salud para todos.