12 de diciembre de 2006
de res hipocritam
Sí, pues, es parte de este proceso reconocer que esta última invitación yo no la sigo y no sé por qué. No es por mantener una apariencia, dudo que sea tal cosa, ya que me vale madre que digan ahorita que yo no sé escribir a que me digan, después de tomar o bailar, que yo no sé hacer tal cosa. Siento, derrideando a Polo Polo, que se me cuelga un enanito de los huevos cada que escucho el "yo no conocía esa faceta de usted".
Y lo que mueve a todo ser a la búsqueda de nuevas sensaciones es la sed de conocimiento, empírico o teórico, acerca de lo que existe en nuestras vidas. No niego que yo tengo esa sed al igual que los demás, pero lo que no entiendo es por qué debo ir a la misma fuente que los otros para calmar esta sed.
No me entienden, quizá, la poética que me gustaría llevar por estos momentos en lo que se refiere a fondo consiste en definir lo que no conozco sin conocerlo o, en su defecto, sin saber que lo he conocido. Bueno, yo me entiendo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario