17 de marzo de 2007
¿Andrés?
Hay una discordancia, sé que, como seres humanos, las mujeres también piensan y, por tanto, pueden hacer su propio lenguaje, como éste de andrés que vicentié en el journal de una chilanga. Extraño, casi casi en juego con las vísceras que vi en el fregadero. Y de ahí, sólo me queda buscar una justificación para preguntarme si he sido injusto con lo que algunos han llamado "literatura de mujeres".
Sí, eso del Andrés que llega cada mes posee algo de valor mexicano, como los dichos de Angulo y Horacio y Dimas y Gestas. Queda algo en el viento que nunca concuerda, porque se supone que en esta cultura la mujer requiere más privacía con estos asuntos y no se puede dar el tiempo para jugar con su lenguaje.
Siendo estadísticos, dicen que una mujer puede aprender una nueva lengua más rápido que un hombre, digan ustedes que es por el emparentamiento que tiene este género con el chisme, pero esta forma de concebir el uso del lenguaje me hace pensar que alguna vez, cuando al macho le ha faltado la creatividad para alburear a su contrincante, la hembra le pudo ayudar, ya que ellas, estando del otro lado, sabrían defenderse mejor que uno que debe imaginarse tal situación.
Es cierto, las mujeres, según afirman ellas, no ven al sexo como lo ven los hombres, pero lo que me extraña es que en muchas ocasiones ellas, pese a utilizar más nuestro lenguaje melosamente católico, no pueden entender un albur y en muchas ocasiones tampoco un chiste.
En cuanto a literatura, creo que muchas son las mujeres que en sus poesías hablan de agua y lunas y recepciones, dicen que debe ser universal, pero una mujer tiene distintos universos, no puedo decir que peor o mejor, sino sólo distintos.
Listo, ya pensé ¿ya me puedo ir a jugar?
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