17 de marzo de 2007
Psychonauts: Reflexiones de un pintor
You can see the señorita approaching...
En cuanto a puntadas, debo decir que los creadores del juego Psychonauts, pese a que nos piden entrar de lleno a una historia con monitos infantiles pero temas más adultos, han tenido buenas ideas en lo que corresponde a conceptualización de personajes, para ejemplo, lo que jugué ayer: Edgar.
No, no es el que sufre un trauma por caerse o que sufre la fama extraña por gritar "¡Guardias!", éste es un pintor que está buscando hacer un retrato de su dentista (larga historia, acérquense al juego) pero antes de poder terminarlo aparece un toro en su mente y es lo único que ha logrado pintar. Entonces, como ha sucedido desde ya unos personajes anteriores, debemos entrar a su mundo para arreglar el desastre psicológico que se carga el personaje.
Un mundo lleno de artistas extravagantes, un toro rosa que no para de correr por la calle principal y uno tiene que buscar las reinas de una baraja grande para que Edgar pueda subir hacia su señorita haciendo un castillo de cartas. Terminamos en un callejón completamente cerrado, mejor dicho un cuarto, junto con un perro vestido de mariachi que está pintando un cuadro. Y lo genial es que, cuando le preguntamos acerca de si ha visto una carta de baraja, él dice: ahh, recuerdo aquellos días en que jugaba con mis otros amigos a las cartas.
Una gran historia en este personaje, junto con un toque de Coolidge y una discriminación hacia los mexicanos que no me importa, porque Grim Fandango ya se había encargado de eso y, si recuerdo a lo de apocalypto, es la misma cuestión, yo sé que hay más cosas por decir que las que he entendido, pero el juego no debe sufrir por esos defectos. Lo mejor de este mundo alterno es el luchador Eagle, debieron ver ustedes el brillante grito de batalla que lanza antes de que empiece la pelea.
cito a Edgar: "Ya, güey". Y al otro Edgar: "After all, we are just dogs playing poker".
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