11 de abril de 2007
Barney dinosaurus est
mihi nomen est... familia mea occidit gallinam... osculare tibi misere ubique en calendae umbra possit...
rerum rerum, candelerum. Aprender latín no está de más, por lo menos así parece. Pero hay clases que van lentas, que el ansia hace que se interese uno más por el idioma y he ahí un palafrenero que ayuda a que se conserven las cosas en la mente. Y de ahí el intento por hacer un coro de estudiantes de latín.
De decir Barney dinosaurus quid in mente nostra habitat est... pero la traducción se ve difícil para decir una canción entera, y las canciones infantiles de hoy también nos hablan de dónde vive el personaje, como el que vive en una piña debajo del mar. Imposible traducir tal verso con lo poco que sé. Todo gradualmente, pero he faltado a esa clase y a veces temo no recuperarme entre la lentitud de las lecciones.
Ese tiempo, tres horas, me sirve de distracción. Funciona y funciono en el derrideo que me queda al estar en contacto con otro idioma. Pienso en cómo se diría "Puedo escribir los versos más cachondos esta noche" o cómo decir "quiero besarte miserablemente en todo lugar donde la sombra del ocaso ha tomado posesión", o traducir alguna minificción, como la del dinosaurum Monterrosi, pero en esto me detiene todo un idioma desconocido. Algún día, señora, podré decir que le pienso, pero, por hoy, sólo me queda repetir la lección y hacer algunos ejercicios.
Barney dinosaurus est...
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Y me pregunto ¿Por qué el latín aparece como Selectiva y no como obligatoria? ¿Por qué sólo la ofertan en el turno vespertino? jajaja No entiendo el "Plan de Estudios" de la UDG... ni al a universidad misma ahora que lo pienso...
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